El Arzobispo de Tucumán, Monseñor Carlos Sánchez, hizo un análisis de la situación actual de Tucumán en relación a la pandemia, sosteniendo lo que expresó en la homilía del 25 de mayo pasado y remarcó que la pandemia agudizó problemas en Tucumán y en Argentina en general, a los que se suman al escenario de enfermedades y muertes.
Fue en una entrevista que le realizaron en el programa televisivo Primer Plano, en donde habló del rol de la Iglesia en este tiempo de pandemia y también se refirió a la lamentable pérdida del Obispo de Concepción, Monseñor Melitón Chávez, una vida más que se cobró el COVID 19 el mismo 25 de mayo.
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En su análisis habló de las consecuencias sociales y económicas de la pandemia a causa del confinamiento: “muchas dificultades a nivel social, de relaciones y de vínculos en la propia familia, en nuestra sociedad, en los vecinos, aquellos cuentapropistas, que salen a trabajar para ganarse el pan y entonces eso agrava la situación económica y social, más la agresión, la violencia, la intolerancia y también el escandaloso y hasta violento derroche, por otro lado”.
Mencionó el notorio crecimiento en la cantidad de comedores, que ofrecen comidas para llevar, a las distintas familias que lo necesitan. “Se ha agudizado mucho más, no tan solo el problema de salud sino también, la pobreza estructural que venimos sufriendo”, expresó. En relación a esto, destacó la caridad y la solidaridad de los tucumanos.
Dedicó un espacio también para hablar sobre el personal de salud y otros servicios esenciales: “así como algunos han aprovechado la pandemia y este momento de crisis para, en lugar de servir a los demás servirse de esta situación de crisis lastimosamente, ha habido muchos que se han dedicado al servicio y sabemos los tucumanos cuántos de esos héroes anónimos han entregado su vida en el servicio, se han contagiado sirviendo y se han muerto sirviendo. Eso nos alienta en la esperanza y eso le quiero transmitir a los tucumanos, este llamado a crecer en diálogo, en encuentro, en buscar soluciones comunes, en esta problemática común que nos atraviesa a todos. Porque en la lista de contagiados y en la lista de difuntos el obispo, el cura, el político, el pobre, el del barrio, el del centro y el del country, aquí nos igualamos y la pandemia nos ha igualado. Por eso, tenemos que crecer en fraternidad. Lo más primordial que nosotros tenemos es sabernos hermanos, para los creyentes somos hijos de Dios, pero para los que no son creyentes somos hijos de esta bendita tierra que es Argentina. El otro es mi hermano”, dijo.
En este mismo sentido, instó al consenso y a compartir (los bienes, las capacidades, el tiempo y la dedicación) a fin de colaborar con los demás, sosteniendo que a pesar de las dificultades es necesario cuidarnos entre todos, respetando las indicaciones sanitarias para poder prevenir los contagios.
Finalmente dejó un mensaje para la sociedad: “somos todos hermanos, crecer en fraternidad, eso que el Papa Francisco nos pide, eso que Jesús nos pide. Vivir en el amor fraterno es lo que nos va a ayudar salir juntos y mejores de esta situación de crisis que nos está tocando sufrir. Vivir la cultura del encuentro mediante el diálogo, la reconciliación, deponer un montón de enfrentamientos, de prejuicios, de combates entre nosotros, para poder hacer presente desde la fuerza del amor y del encuentro, un Tucumán distinto y mejor”.