La causa por la millonaria estafa a la Anses derivada de las pensiones truchas que obtenían ciertas personas que aparecían casadas con jubilados muertos, cada vez se hace más grande. En las últimas horas se complicó la situación de un hombre que había sido beneficiario, pero que según se pudo comprobar también le presentó a Cecilio Ibáñez otras personas para que accedan al beneficio.
Cabe recordar que Ibáñez está procesado por ser presuntamente el gestor y recaudador de la banda, que cometía estos ilícitos y que generaron un perjuicio económico mayor a los 20 millones de pesos al organismo previsional. El negocio pasaba por cobrar el retroactivo y que estas personas saquen préstamos Argenta, dinero que se repartían entre los miembros de esta presunta banda.
Las declaraciones de Héctor Lucatelli y del mismo gestor fueron las que complicaron a Luis Marcelo Villar, que también está en calidad de procesado y se le trabó un embargo de 2.500.000 pesos.
Villar conoció a Ibáñez en el local de motos que trabajaba y que era propiedad de Lucatelli. Ahí fue cuando el gestor le ofreció tener este "beneficio" y a partir de la confianza que fueron generando, fue que el mismo Villar le fue presentando personas para que se hagan con estas pensiones truchas.
Además los investigadores sospechan que fue Villar quien hizo dos facturas comerciales con el mismo número y mismo monto en pesos que habían sido presentadas para acreditar convivencias y domicilio, informó El Liberal.
"Villar, además de ser beneficiario prima facie espurio de una pensión derivada, habría sido el responsable de aportar dos facturas presuntamente apócrifas para la acreditación de domicilios en los trámites irregulares de pensión derivada. Su relación comercial y/o afectiva con Lucatelli Héctor y la documental agregada y detectada por la Anses lo vincula prima facie a la organización", explicó el fiscal Pedro Simón.