Luego de que el papa Francisco aceptó la renuncia del obispo de San Rafael, Eduardo María Taussig, nombró administrador apostólico de San Rafael a monseñor Carlos María Domínguez, obispo titular de Vita y obispo auxiliar de la arquidiócesis de San Juan de Cuyo.
La nueva autoridad de la diócesis de San Rafael habló tras su arribo al sur mendocino y pidió que le den la oportunidad de conocerlo, ya que él no viene “como enemigo de nadie”. Desde el salón del obispado, el Monseñor habló con medios y aclaró que su cargo es “temporal” pero que no sabe cuánto durará eso.
“Esto significa que hasta que la Santa Sede provea al obispo titular, tendré que hacerme cargo de dirigir a la Iglesia que camina en San Rafael”, explicó Monseñor Dominguez. “Este es un cargo, una responsabilidad que es temporal, pero lo temporal no se sabe de cuanto, no se sabe si es corto, si son meses o años. Eso ya no depende de uno mismo, sino de la decisión que se tome la Santa Sede”, aclaró ante los medios.
Carlos María Domínguez tendrá las mismas facultades que cualquier obispo diocesano y podrá tomar decisiones como si lo fuera. Y como primera información, adelantó que no se va a plantear la apertura del seminario.
“Los seminaristas de San Rafael serán repartidos. Ya hoy han viajado tres al Seminario de Buenos Aires. Esa distribución la hizo la Congregación del Clero. Tendremos que ir evaluando la marcha de cada seminario, pero me parece a mí, que lo más cercano es Mendoza para una cuestión de tiempo y de comunicación es el seminario de Mendoza”, indicó.
El Monseñor Fray Carlos María Domínguez pidió por la unidad
Fray Domínguez invitó a apostar por la normalidad en la diócesis y principalmente volver a lo esencial que es el Evangelio. “Tenemos que tratar de luchar todos por la unidad, de pacificar la situación, de tratar de no crear ni fomentar divisiones, ni tampoco disenso. Porque eso no solamente divide, sino que también desgasta, desanima y hasta alguno puede hacerle llegar a perder la Fe”, dijo.
Al finalizar su conferencia, el Administrador Apostólico brindó un mensaje final donde invitó a darnos “la oportunidad de conocernos, que no ni nos juzguemos ni nos etiquetemos”.
“Vengo a animar, sobre todo animar en la esperanza, vengo a tratar de respetar el dolor ajeno, tratar de sanar las heridas, de consolar, de animar y tratar de que la Iglesia de San Rafael siga caminando dentro de la normalidad del Evangelio y la fidelidad a Jesucristo, sintiéndonos parte también de una comunidad más grande que es la Iglesia en Argentina, la Iglesia universal, con mucho amor a la Iglesia y también respetando la diferencia”, cerró.