La convulsión y asombro en la diócesis de San Rafael por el decreto de cierre del seminario Santa María Madre de Dios no cesa.
Tras el comunicado de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina que se conoció el sábado pasado dando un total apoyo al obispo Eduardo María Taussig y cuestionando la actitud de los sacerdotes, el clero sureño salió en respuesta.
Por medio de una misiva dirigida a los integrantes de la cúpula de Obispos de Argentina, unos 70 curas de la diócesis recordaron que en San Rafael "coexisten sin drama los dos modos de comulgar (en la mano o en la boca)" y que la supuesta desobediencia fue por la imposición de una sola forma.
Además se preguntaron que motivó el cese de actividades de la casa de formación sacerdotal con tanta rapidez y sin ninguna investigación previa que la sustente.
Después de conocido oficialmente el cierre del seminario por lo que sería una mala influencia de los sacerdotes, varios referentes de los seminaristas o formadores, al no querer suministrar únicamente la comunión a los fieles en la mano, según lo estableció el prelado como medida sanitaria por el coronavirus, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina respaldó a monseñor Taussig y criticó por elevación la posición de los sacerdotes.
El 4 de agosto, Día del Párroco y también de los sacerdotes, el 80% del clero sureño envió una carta a los prelados en la que remarcaron que "durante muchos años la relación con nuestro obispo ha sido satisfactoria, de paz, más allá de los roces propios de toda familia. El mismo se ha jactado en reiteradas oportunidades de su clero y de la obediencia del mismo, de su Seminario (en marzo de este año, luego de las últimas ordenaciones diaconales, él comentó: el seminario está en su esplendor), del nivel de sus formadores, de no tener problemas litúrgicos en su diócesis, de los sacerdotes colaborando en otras diócesis y de la misión en Cuba. Nos ha dicho con frecuencia, ante ciertos desacuerdos, que tiene una diócesis de 9 puntos, pero la quiere de 10", se lee.
En la misiva también destacaron que "desde la fundación del seminario se han ordenado unos 150 sacerdotes, tenemos un sacerdote cada 2.300 habitantes, la mitad está ejerciendo el ministerio en otras diócesis (con tres parroquias a cargo en Cuba), 40 seminaristas y más de 30 formadores que han hecho estudios de post grado. Entre los egresados de los últimos 15 años sólo ha dejado el ministerio un sacerdote" y a renglón seguido se preguntaron: ¿No son datos significativos?
A partir de ese punto, los sacerdotes defendieron la postura que adoptaron porque la diócesis llevaba "más de 100 días sin casos de Covid-19" y remarcaron que el Obispo rechazó "todo diálogo y opinión para buscar soluciones alternativas".
Esta situación "nos puso en un drama de conciencia pues todos los documentos de la Iglesia insisten en el derecho del laico a elegir el modo de recibir la comunión" y les recordaron que la misma Conferencia Episcopal Argentina "se ha limitado sensatamente sólo a recomendar la comunión en la mano".
"Pero lo que ha afectado masivamente a sacerdotes, laicos, seminaristas y sus familias es la decisión de cerrar el seminario. ¿Qué razones verídicas han llegado a Roma? ¿Por qué no ha habido una instancia de indagación y diálogo? ¿En base a qué datos concretos se sostienen públicas dudas sobre su espíritu evangélico? ¿Más aún, de no adhesión a la totalidad, o con reservas, del Magisterio de la Iglesia y el Vaticano II? La respuesta sería demasiado extensa, pero tengan por seguro que jamás en el seminario y en la diócesis se ha vivido ese conflicto", continuó la misiva.
Antes de finalizar, los curas sureños aseguraron que "muchos obispos nos comprenden y apoyan" y trajeron a la memoria la respuesta del Papa Francisco a un Obispo cubano que le solicitó mayor cantidad de sacerdotes para atender las necesidades espirituales de los fieles en la isla: "Pedile a Taussig de la Argentina que tiene de sobra".