Durante la primera jornada del juicio contra Ramón Castro Porcel por el asesinato de Raoxana Ferreyra (39) el 5 de noviembre de 2018, el acusado fue el primero en declarar y después lo hicieron dos de los hijos.
Castro, que está acusado de homicidio agravado, aseguró que el día del brutal homicidio él había decidido acercarse a su ex esposa a pesar de que tenía una prohibición de acercamiento con la intención de hablarle de sus hijos pero "ahí chocamos" las motos.
Según el relato, él pretendía volver a retomar el matrimonio pero la mujer le contó que estaba en pareja con otro hombre y ahí es cuando se desencadenó la violentísima reacción.
"Ella me dijo que estaba con otro tipo, perdí el control, le pegué y no me acuerdo nada más", confesó el imputado.
Luego sostuvo que ya tenía la idea de suicidarse si su ex le decía que no iban a estar junto. Y tras golpearla retomó la idea suicida y por eso, cuando llegó la policía, lo encontró arriba de un árbol atando un alambre a una rama.
Castro mató a su ex pareja apuñalándola por la espalda y después degollándola. Acto seguido arrojó el cuerpo a un cauce de riego. Fue en General Alvear.
“Que pague por lo que hizo”
Entre los primeros testigos en declarar estuvieron el hijo de Roxana de 24 años y una hija de la pareja de 20 años.
La joven fue contundente cuando el fiscal le preguntó que pretendía del juicio: "que pague por lo que le hizo a mi mamá".
En lo que ambos coincidieron fue que en 18 años de matrimonio la relación había sido buena, con los normales altibajos de cualquier pareja. Pero todo se desvirtuó en 2016, cuando el hijo se enfermó en Santa Cruz y su madre fue a asistirlo.
Castro empezó a acosarla con mensajes y llamadas diciéndole que volviera, que la estaba engañando. La presión fue tan fuerte que ella decidió volver.
A partir de ese entonces ya nada fue lo mismo en la pareja y la situación se desbordó en 2017 cuando el imputado la golpeó fuertemente y la envió al hospital porque fue a un cumpleaños familiar sin él. Por ese hecho, Castro estuvo detenido y se le dictó una prohibición de acercamiento que rompió el día del crimen.
Culpable
La culpabilidad de Castro no es el centro de la escena, sino que en el juicio está en debate si hay agravantes o circunstancias atenuantes.
Para la fiscalía la calificación del hecho es homicidio agravado por violencia de género lo que conlleva una pena de prisión perpetua. Mientras que para la defensa se trata de un caso de homicidio agravado pero por emoción violenta, es decir que la persona estaba mentalmente perturbada al momento de cometer el crimen.