Gran revuelo se generó el pasado abril luego de que una docente del Jardín de Infantes Nº 901 de barrio Somisa fuera denunciada por maltrato infantil. El planteo se elevó primero a la máxima autoridad del establecimiento y después devino el descargo formal.
"Mi hijo empezó este año en ese jardín, del cual no tengo quejas, pero me decía que la seño le pegaba. Al principio no le di importancia pero después cuando un día subió llorando al transporte escolar, entendí enseguida", le contó Soledad Santillán a Vía San Nicolás. De hecho, la misma celadora la advirtió para que reviera la conducta del pequeño.
Y confió: “En el grupo que tenemos de WhatsApp conté lo que me había pasado y saltaron también varias mamás”.
Tras intensos meses de lucha, hace casi 15 días el menor debía someterse a Cámara Gesell, pero la medida fue suspendida porque la Cámara de Garantías requirió el expediente. "El nene estaba listo para contar su verdad, y nos avisaron cinco minutos antes que no se hacía", denunciaron desde el entono del menor.
Natacha Astore, la docente en cuestión, fue separada de su cargo, suspendida en el marco de un sumario administrativo, aunque luego reubicada ya sin tener contacto con los niños. La decisión la tomó la propia inspectora Mónica Guidi después de recibir varios reclamos de otros padres. "Algunas mamás me aseguraron que sus hijos volvían llorando con la taza limpia porque no les daba la leche ni les cambiaba los pañales", refirió Soledad.