Numerosos son los milagros que se le atribuyen a la Virgen del Rosario de San Nicolás. Sin embargo, uno de los testimonios más fuertes por estas horas es el de Liliana, una feligresa oriunda de Córdoba que hace más de 20 años que viene al Santuario.
"Vengo a agradecer. Tuve cáncer de páncreas y en el proceso siempre le recé", dijo entre lágrimas a RadioNet. Llegó anteanoche y, como miles de almas, esperó las doce para cantarle el feliz cumpleaños a la Santa Madre y hoy participará de la misa central.
"Los médicos fueron uno de los pilares fundamentales en los que me apoyé, y sin ellos no podría haber salido adelante. Sin embargo, soy consciente de que la fe es capaz de mover montañas y provocar un cambio importante a nivel emocional", deslizó.
Por su parte, Luz caminó unos 20 kilómetros desde Villa Constitución para pedir por su pequeño sobrino, su hermana y su cuñado que tienen VIH: "Ellos necesitan mucho de la ayuda de María. Son jóvenes y siempre pedimos para que no los desampare".
Otra de las historias que tocó el corazón fue la de Antonio, un pequeño que llegó desde La Matanza en silla de ruedas con su madre tras ser sometido a múltiples operaciones. "Nosotros encontramos en María la fe para seguir viviendo", sostuvo la mujer.
Además de los múltiples agradecimientos de muchos jóvenes que llegaron a pie para cumplir con la promesa de celebrar a la virgen después de haberse graduado.
Sin olvidarnos de los testimonios de quienes dicen oler rosas en el "campito" o, incluso, el fenómeno de la iluminación de los rosarios -a solas o en rezo grupal-, que ha marcado los primeros años para conversión de los fieles.
