Un adolescente le jugó una mala pasada a sus padres y a la policía, a la vez que también comprometió al establecimiento educativo al que asiste. Le dijo a una amiga de su madre -que lo encontró en la calle- que lo habían secuestrado y que por eso no había entrado al colegio.
Según lo relatado por la mujer, al joven lo habían hecho subir a un vehículo a la fuerza cuando se bajó del colectivo que lo trasladó desde Ramallo a Villa Ramallo y lo soltaron a las pocas cuadras, en las cercanías de la escuela.
Luego de que llevara al menor hasta su casa y los padres hicieran la correspondiente denuncia, se desplegó un importante operativo policial y se realizaron en el colegio charlas para alarmar a padres y alumnos.
Tras realizar las averiguaciones pertinentes, se pudo comprobar que el joven se había rateado y que todo se trató de un vil engaño para cubrir el faltazo.