Tiene Síndrome de Down, es jinete y no tiene obstáculos

Celina es una puntana que no hay quien la pare, sortea obstáculos y gana medallas junto a "Mapuche", su caballo favorito y fiel compañero. 

Tiene Síndrome de Down, es jinete y no tiene obstáculos
Celina, una jinete sin obstáculos\u002E

Celina González Gregory tiene 18 años y claramente no es una chica común y corriente, ella es una luchadora y es un ejemplo para grandes y chicos. Desde el 14 al 21 de marzo participó de las Olimpiadas Especiales de Abu Dabi y ganó tres medallas en equitación. A pesar de que tiene Síndrome de Down, Celina es imparable y junto a su caballo favorito "Mapuche" se lleva el mundo por delante. 

La joven tiene Síndrome de Down y desde los nueve años que descubrió una conexión y una pasión única por los caballos, es por eso que practica equitación dos veces a la semana en la escuela "Valle Azul" ubicada Potrero de los Funes.

El Diario de la República logró entrevistarla y Celina posó para las cámaras con la camiseta argentina, la misma que lució en la capital de Emiratos Árabes, junto a otros once deportistas y siete entrenadores de equitación; entre otras disciplinas.

Celina es de andar tranquilo, tiene ojos claros y una cabellera rubia que contrasta con el paisaje y su hermoso caballo al cual galopa sin miedo.

A pesar de su nerviosismo ante las cámaras, Celina se animó a expresar: "Amo a los caballos" y esa frase selló su andar.

"Desde el primer momento que vio a los caballos, se enamoró. Después de venir a clases acá, está súper relajada, por ahí está enojada o cansada y cuando termina es otra", relató Clara Gregory, su mamá.

Por su parte, su entrenadora Roxana Rothe explicó que: "En el caso de Celi, ella trabaja la parte física porque necesita una tonicidad muscular, pero también la coordinación, atención, confianza, compañerismo".

Más alla de su vida como una gran competidora en equitación, Celina cursa el cuarto año de la secundaria en la Escuela Cristiana Evangélica. La joven primero empezó con equinoterapia y luego se animó a probar con la equitación deportiva. Por lo que con el apoyo de su familia y entrenadores comenzó a participar en campeonatos provinciales, regionales y nacionales.

Tan así que en el 2015 obtuvo su primera experiencia internacional en las Olimpiadas Especiales de Los Ángeles, en Estados Unidos, y se quedó con el 5ª lugar en equitación.

Celina, una  jinete sin obstáculos.
Celina, una jinete sin obstáculos.

En marzo de este año para poder clasificar en las Olimpiadas Especiales de Abu Dabi, Celina tuvo que competir en torneos durante cuatro años, y recién en mayo del 2018 logró clasificar al nacional selectivo para el mundial, que se organizó en "Valle Azul", del que salió elegida, junto a un jinete de Santa Fe, Carlos Herrera.

Luego de tanto sacrificio, el esfuerzo dio sus frutos y en Abu Dabi salió segunda en adiestramiento, cuarta en competencia por equipos, junto a Herrera, y quinta en obstáculos.

"La pasé fenomenal. Había un montón de gente de México, Colombia y Chile. En la (categoría) en que gané la de plata el caballo tiene que portarse bien y cuando yo le digo tiene que caminar, trotar y galopar", relató Celina y su entrenadora explicó que en adiestramiento, la categoría en la que obtuvo podio, debe lograr que su caballo cumpla con los ejercicios que se van dictando, mientras trota en una pista de 20x40 metros.

Al igual que el resto de los competidores, Celina tuvo la dificultad de que conoció a su caballo al llegar allá, apenas unos días antes de la competencia. "El caballo que me tocó estaba muy loco", dijo entre risas. Pero en ese momento la preocupó porque le trajo inconvenientes en la prueba de obstáculos, en la que aún así se posicionó en el quinto lugar. "El animal se le frenaba bastante", afirmó la entrenadora.

Su mamá manifestó: "Estamos felices porque ella es competitiva. Cuando sacó la medalla saltaba, bailaba. Maduró un montón en los viajes. Fue distinta la experiencia porque son caballos distintos, grupos distintos y ahora sacó mejores premios", agregó orgullosa de su hija.

Su entrenadora expresó que "es súper emocionante, desde el principio estuvo acá. Al mismo tiempo incentiva a los otros chicos, a tratar de que todos lleguen a lo mismo. También es un incentivo para los padres, para que los apoyen, que no se acabe en la pista. Ahora el ciclo se terminó y empieza otro de cuatro años, para el próximo mundial que es en Alemania", adelantó sobre Celina.

Sin embargo no todo es superación y finales felices, la familia de Celina ha tenido que a travesar dificultades ya que hace dos años, la obra social de la familia decidió no reconocer más la equinoterapia en la cobertura médica y por ello debieron ir a la Justicia. De palabra se comprometieron a seguir pagando las clases, y por escrito, cubrir el traslado que hace la niña para ir a clases desde Juana Koslay, donde vive, hasta Potrero de los Funes, donde queda el centro de equitación. Desde ese entonces, la mutual solo cumple con lo segundo. Pero afortunadamente el Comité Olímpico cubrió todos los gastos para su viaje a Abu Dabi.

Celina es una joven feliz, que ama los caballos y que tuvo la suerte y la contención de encontrar una pasión que la motiva día a día. A pesar de que tiene Síndrome de Down, ella sirve de ejemplo para otras familias que tienen hijos con la misma enfermedad o incluso otras discapacidades; ella ama andar a caballo y no se da cuenta que en ese amor, contagia a otros para justamente animarse a dar más de uno mismo. 

Pero lamentablemente la sociedad en la que vivimos tiene sus falencias y su mamá considera que: "Como sociedad me parece que hay que integrarlos más, no solo en la parte deportiva, sino en lo laboral. Sigue en la escuela, pero cuando termine, no sé si va a ser tan fácil que consiga trabajo. La vamos a luchar, la sociedad tiene que aprender mucho".

Su entrenadora agregó que: "Nosotros tenemos a los chicos de las clases integrados. Quizás cuando sean adultos cambien un poco la sociedad de hoy, que es bastante discriminadora".