Todos los años la fiesta del estudiante en San Luis genera los mismos problemas en la comunidad puntana. Ya que los estudiantes universitarios y del secundario alquilan cabañas o van en carpas a El Trapiche y a La Florida.
Que festejen no es el problema, pero si lo es la cantidad de alcohol que los jovenes entierran meses antes del esperado evento o llevan escondidos hasta en lugares insospechados.
Como todos los años, este no fue la excepción y a pesar de que rigió la ley seca y hubo masivos controles policiales los estudiantes se las ingeniaron para ingresar alcohol. Hubo muchos chicos alcoholizados, peleas y descontrol.
Es por eso que Juan Manuel Rigau, el intendente electo de El Trapiche decidió realizar una encuesta a través de la red social Instagram para evaluar levantar la ley seca y ver que otro resultado sucede.
"Creo que la parte del descontrol que se ha generado en gran parte es provocada por el alcohol, ese es el gran desafío, como mejoramos esto de acá en adelante", explicó Rigau el martes a la prensa según publicó La Posta.
Luego de los resultados tras los operativos por el festejo -como todos los años- trajo aparejados problemas sociales y de salud a jóvenes que consumieron bebidas alcohólicas y drogas, a pesar de las prohibiciones y los controles ejercidos.
De acuerdo al relevamiento realizado parte de la sociedad sostiene que la veda debe seguir manteniéndose, pero muchos otros opinan lo contrario.
Rigau, que asumirá el próximo 10 de diciembre, dijo que se sorprendió por algunos datos de la encuesta realizada: "Casi el 70% sostiene que el ingreso de alcohol de los jóvenes va de la mano de la autorización de los padres. Eso si es una problemática porque indudablemente después responsabilizar al Estado sobre situaciones que puedan pasar desde luego cuando haya una autorización de los padres de que esto suceda, es problemático, es una incoherencia que debemos resolver como sociedad".
Luego aseguró que el alcohol se ingresa a la localidad varios meses antes del comienzo de la semana del estudiante. "El trabajo es mucho más complejo porque tampoco podemos tener una veda alcohólica de seis meses para que esto no suceda. Indudablemente acá hay que trabajar socialmente para que haya una responsabilidad por parte del Estado pero también de los padres, de las familias, de los chicos".