Una nueva página se escribió en uno de los casos de la última década que más conmocionó a la sociedad sanjuanina. En 2013, una nena de 8 años quedó al borde de la muerte y hemipléjica, y posteriormente se salvó y su recuperación fue atribuida a un milagro del Cura Brochero. El principal responsable fue el padrastro, identificado como P.O., y condenado dos veces por esas acciones: en el 2014 le dieron 17 años de prisión por la brutal agresión a la niña, mientras que en 2019 fue llevado a juicio por los abusos sexuales, donde lo castigaron a 16 años de cárcel. En las últimas horas, la madre de la nena fue procesada por el juez Ricardo Grossi Graffigna de la Unidad Conclusiva de Causas.
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Alejandra es la mamá de la niña que fue juzgada y condenada solamente por el primer hecho junto a su expareja. En aquél momento recibió la pena de 10 años de cárcel por el delito de omisión en las golpizas que le propinaron a la nena, cuestión por la cual hoy continúa cumpliendo la condena. Pero la investigación en su contra no quedó allí sino que continuó por presunta participación en los delitos sexuales en perjuicio de su hija. Es por esta causa que fue procesada en las últimas semanas.
En realidad, la prisión preventiva salió hace semanas pero recién trascendió el último jueves. Fue el juez Ricardo Grossi Grafigna quien le endilgó el delito de abandono de persona agravado por el vínculo de madre, en perjuicio de la menor, en relación a los abusos a los que fue sometida por su padrastro. En el procesamiento, el magistrado expuso: “Tengo por acreditado que Alejandra participó, como progenitora, en carácter de participe necesaria en comisión por omisión de los delitos de abuso sexual de su hija menor de edad; abusos estos gravemente ultrajantes, bajo el aprovechamiento de la convivencia en el domicilio donde residían, junto a su pareja, P.O.”.
Según relata el documento, los abusos sucedieron desde julio del 2012 hasta agosto de 2013. En aquélla época, la pareja a cargo de la menor abusada convivía en un departamento de Capital. Aparentemente, los abusos ocurrieron cuando la madre de la nena no se encontraba en el departamento, aunque sí estaba al tanto de lo que sucedía y según constató el juez, no hizo nada para evitarlos ni tampoco denunció a su pareja.
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Según pudieron constatar los investigadores, los abusos de P.O. consistieron en tocamientos y otros vejámenes, además de que se acostaba en la cama de la menor para someterla. Todos estos detalles salieron a la luz mientras se llevaba a cabo del juicio por las golpizas que casi le provocan la muerte a la menor.
