Carolina Ávila denunció que fue acosada por penitenciarios y presos cuando participó como testigo de un procedimiento de drogas en el Penal de Chimbas. La mujer volvía de pasar la siesta en una pileta de Ullum, en compañía de sus tres hijos, cuando en calle Benavídez los uniformados la frenaron para que ingrese a la cárcel. La mujer tenía puesto un vestido y bikini y, según relató su pareja, Sebastián Diblasi, recibió todo tipo de comentarios subidos de tono que le provocaron un llanto.
El novio de la víctima habló con Tiempo de San Juan y calificó la situación como "violenta". A la mujer no sólo la obligaron a ingresar vestida con apenas un bikini y un vestido corto al Servicio Penitenciario, sino que también fue blanco de agravios verbales y hasta tuvo que dejar a sus tres hijos menores de edad más de una hora y medio solos en la puerta del lugar.
"Todo empezó este jueves en la tarde cuando volvía de la pileta con sus hijos de 6, 12 y 16 años. Policías la frenaron y le dijeron que tenía que ser testigo de un procedimiento de droga y que no se podía negar. Apenas entró empezaron a decirle comentarios subidos de tono, y no sólo los presos, sino también los uniformados. Uno le dijo incluso "te echo dos", la mayoría se reía ante la incomodidad de ella”, relató su pareja.
El hombre llegó hasta el lugar tras el llamado de su hija mayor, preocupada porque su mamá llevaba más de una hora y media dentro del Penal. Di Blasi contó que vio a su mujer salir llorando del lugar y cuando escuchó de ella lo que había tenido que vivir, intentó que le dieran explicaciones. Sin embargo la respuesta que recibió lo dejó aún más indignado, porque una penitenciaria mujer que se acercó le dijo por la ventana: "Y qué quiere que pase, si anda en bolas".
