Cuando Rodrigo y Natalia eligieron el 24 de noviembre para la unión civil y religiosa jamás imaginaron que la fecha iba a coincidir con la histórica final de la Copa Libertadores entre River y Boca. Mucho menos él, fanático del "Millo" que, al igual que en 2015 cuando tuvo el lujo de ver a su equipo campeón en el Monumental, planeaba asistir nuevamente a la final para alentar a su cuadro. Ahora, con los días contados y la fecha inamovible de la boda, el sanjuanino habló de su nerviosismo por la superfinal y cómo espera vivir aquel especial día, tanto en lo futbolísico como en lo personal.
La pareja lleva seis años de noviazgo y tienen un hijo en común, Bautista, también fana del equipo del "Muñeco" Gallardo. Fue hace un año, mediante una romántica propuesta, que decidieron sellar su amor el sábado 24 de noviembre. La ceremonia religiosa es a las 19.30 y el partido a las 17 horas, es decir que si la final se define en el tiempo suplementario o en los penales, el novio deberá estar en la iglesia con los auriculares en mano.
"Yo pensaba que si se jugaba a las 16 horas nos daban los tiempos, pero es a las 17 y complica todo. Me va a tocar ver el partido, cambiarme rápido y rajar. Espero que los invitados vayan al casamiento. Te digo que, hasta el 24, voy a estar más nervioso por el partido que por el casamiento (risas)", comentó Rodrigo al diario Tiempo de San Juan.
El nerviosismo de la pareja, sobre todo del hincha de River, también pasa por los invitados. El joven contó que junto a su grupo de amigos tienen como ritual almorzar y tomar algo previo al casamiento de alguno. Sin embargo para esta ocasión hay dos que ya se bajaron de la clásica "previa". "Seguramente vamos a ver el partido, con los nervios a full. Pero hay dos que no quieren ir porque no le gustan que lo carguen. Los dos dicen que pasan derecho a la iglesia, para evitar problemas", agregó.
Rodrigo está confiado. Apuesta a Gallardo y a sus jugadores, y su pálpito habla de una victoria del conjunto de Núñez 2 a 1 en el global. "Mi novia también es hincha, pero a ella no le cambia el humor si gana o pierde. Pero yo, si gana River puedo ir a la ceremonia con la camiseta aunque me maten. En algún momento va a aparecer. Si pierde no sé, me voy a casar y voy a estar feliz, pero por otro lado voy a tener una amargura…"