Los sublinajes de la variante Ómicron sigue siendo tema de estudio para los científicos, que intentan comprender cómo seguirá evolucionando el virus. Hay quienes hablan de “enjambre” y también de “sopa” de subvariantes. La preocupación pasa por la posibilidad de que estas logren esquivar la inmunidad y generan una nueva ola de contagios.
El reconocido científico estadounidense Peter Hotez se refiere a las variante como sublinajes del “Scrabble”, porque contienen letras como la X y la Q: obtienen altas puntuaciones en el juego.
Estos sublinajes son ramificaciones de las subvariantes BA.2, BA.4 y BA.5 de Ómicron y tienen más capacidad de evitar la inmunidad dada por infección previa o por las vacunas. Sin embargo, la inmunización protege contra los cuadros graves (especialmente si se cuenta con los refuerzos). El problema de la diversidad es que impide predecir las próximas olas de la pandemia.
En Europa, América del Norte y África, la prevalencia de los sublinajes de Ómicron en la familia BQ.1 está aumentando rápidamente. Por su lado, en países asiáticos como Singapur, Bangladesh e India, un linaje denominado XBB ya comenzó nuevas olas de infección.
En cuanto a la Argentina, se detectaron tanto BQ.1 como XBB. Mariana Viegas, investigadora del Conicet y del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, puntualizó: “Sobre un total de 19 muestras de pacientes con Covid-19 secuenciadas, nueve correspondieron a Ómicron BA.4.6. Detectamos un caso de BQ1.1 y un caso de XBB.1. Las ocho muestras restantes eran derivados de BA.5″.
Y explicó: “Estos resultados tiene su limitación: como se hacen pocos testeos, hoy hay una limitada cantidad de muestras factibles para hacer análisis. Los pacientes habían sido diagnosticados entre la segunda quincena de septiembre y la primera de octubre en Ciudad de Buenos Aires”.
En las investigaciones, los científicos de todo el mundo están observando de cerca varias regiones en las que circulan ambos linajes para ver cuál tiene la ventaja. “Al final, probablemente, algunas variantes van a dominar, pero es menos decisivo que en el pasado”, comentó Cornelius Roemer, biólogo computacional de la Universidad de Basilea, Suiza.
Las variantes que han impulsado las oleadas anteriores, como Alpha y Delta, surgieron todas ellas de distintas ramas del árbol genealógico del coronavirus SARS-CoV-2. Pero desde que Ómicron apareció a finales de 2021, generó una serie de subvariantes, como BA.2 y BA.5, provocando olas de infección en todo el mundo. Aunque, muchos países dejaron atrás sus oleadas de BA.5 a mediados de 2022, la mayoría de los científicos sabía que sólo era cuestión de tiempo que otro sublinaje saliera a la luz.
Cuáles son los linajes que hay que vigilar
Los investigadores rastrearon los datos de secuenciación del SARS-CoV-2 a nivel mundial para identificar candidatos. Pero en lugar de uno o dos linajes de rápida aparición, se identificaron más de una docena que hay que vigilar. Yunlong Richard Cao, inmunólogo de la Universidad de Pekín, estudió la capacidad de evasión inmunitaria de las variantes.
El aumento de los sublinajes específicos de Ómicron parece deberse a un puñado de mutaciones genéticas compartidas. Esas mutaciones conducen a cambios de aminoácidos en una porción de la proteína viral de la espiga llamada dominio de unión al receptor (RBD). Esta parte de la proteína es necesaria para infectar las células y es el objetivo de los anticuerpos que proporcionan una potente respuesta inmunitaria.
El trabajo -que aún espera revisión de pares- fue realizado por el equipo de Cao, quien sugirió que las mutaciones en el RBD ayudan al virus a evadir los anticuerpos “neutralizantes” que bloquean la infección y que fueron desencadenados por las vacunas contra el COVID-19 y por la infección previa (incluyendo Ómicron BA.2 y el BA.5).
El doctor Roemer y otros colegas observaron que cuantos más cambios RBD posee una variante, más rápido parece crecer, según el número de secuencias notificadas a las bases de datos mundiales. Por ejemplo, las variantes, como BQ.1, con cinco cambios RBD clave (en relación con BA.2) parecen crecer en número a un ritmo más lento que las variantes con seis cambios. El descendiente de BQ.1, llamado BQ.1.1, tiene seis cambios de este tipo y está aumentando rápidamente en Europa, Norteamérica y otros lugares.
Un séptimo cambio en la RBD parece conducir a un crecimiento aún más rápido. Aunque los científicos advierten que las estimaciones son aproximadas, especialmente cuando el número de secuencias registradas es pequeño. La principal variante de “nivel 7″ que los científicos están siguiendo es la XBB. Se trata de un híbrido, o recombinación, de dos sublinajes de Ómicron, ambos descendientes de BA.2.
Del enjambre, BQ.1.1 y XBB parecen estar subiendo a la cima. La familia BQ.1 ya es dominante en Francia y es probable que impulse las olas de infección en Europa y en América del Norte cuando estas regiones entren en el invierno. También es un ingrediente común de la sopa de variantes en Sudáfrica, Nigeria y otros lugares de África. El XBB, por el contrario, parece que va a dominar las infecciones en Asia, donde recientemente impulsó una ola de infecciones en Singapur.
Qué pasa con las variantes BQ.1.1 y XBB
Los investigadores también están vigilando a los países en los que están circulando conjuntamente, para ver cuál se propaga más rápido. En Australia, hay algunos indicios de que el XBB está ganando ventaja. Esto también estaría ocurriendo en la India.
La ventaja de XBB sobre la familia BQ.1 podría deberse en parte a cambios fuera de la RBD de la Espiga, según el doctor Cao. La variante también presenta mutaciones en una parte del genoma que codifica una región de la proteína de la espiga llamada dominio N-terminal (conocida por su sigla en inglés NTD). Nuestros sistemas inmunitarios también se dirigen a esta parte de la Espiga con anticuerpos neutralizantes, y las personas que se han recuperado de las infecciones por BA.2 y BA.5 montan respuestas inmunitarias especialmente fuertes al NTD, según datos preliminares del laboratorio de Cao.
La capacidad del XBB para esquivar los anticuerpos dirigidos a la NTD podría permitirle infectar a personas que eran inmunes al BQ.1 y sus parientes, resaltó Cao. Sin embargo, “BQ.1 adquiere mutaciones de DNT con gran rapidez”, afirmó. Tales adiciones mejoran sustancialmente la capacidad de esas variantes para evadir los anticuerpos neutralizantes generados por la vacunación y la infección previa. Es posible que BQ.1.1 provoque un pico de casos, sólo para que XBB lo supere en algunos lugares, estimó Roemer. “Si resulta que el XBB va a dominar globalmente al final, podríamos ver una especie de doble ola en Europa y América del Norte”, indicó.
Un factor determinante será la medida en que la infección con linajes BQ.1 proteja contra el XBB. El equipo de Cao está trabajando en ese aspecto. “Tengo la sensación de que si te infectas con BQ.1, podrías tener cierta protección contra el XBB. Todavía no tenemos datos”, señaló. Ya sea impulsado por el XBB, el BQ.1.1 u otro miembro del enjambre, las grandes olas de infección pueden perturbar la sociedad, e incluso las infecciones leves podrían provocar efectos duraderos en la salud. Pero los investigadores están vigilando especialmente si las olas que se avecinan provocan un elevado número de hospitalizaciones y muertes.
En otro estudio con 28 personas que tuvieron COVID-19 con el sublinaje XBB en la India, el equipo de Karyakarte descubrió que ninguna tenía síntomas graves. En Bangladesh informan que encontraron patrones similares. Singapur registró un pequeño aumento de hospitalizaciones y muertes por COVID-19 durante su ola de XBB, pero estos efectos graves han sido menores que en olas anteriores. Sin embargo, factores como la estacionalidad -el clima invernal del hemisferio norte puede dar un impulso a la circulación del SARS-CoV-2-, las oleadas anteriores y la política hacen que la experiencia de Singapur no pueda predecir lo que les espera a otros países. “Probablemente no sea un modelo de lo que va a ocurrir”, dijo Roemer.