En el predio frente a la plaza de los Niños y Niñas, entre barrios Intersindical y El Tribuno, se ubican los puestos y mercaderías de familias emprendedoras del sur de ciudad de Salta, en una feria que ofrece productos en la época perfecta para las fiestas.
Más de 20 puestos de familias salteñas se ubican en este espacio, con gran producción de artículos artesanales y revendiendo también algunas cosas. Desde hace algunas semanas que esta feria está en funcionamiento, todos los sábados y domingos entre las 11 y las 18, con el objetivo de generar ingresos para estas familias en el contexto de la pandemia. Este miércoles 23 estarán presentes con todos sus productos en la previa para Navidad.
Estas familias sin ingresos fijos empezaron a trabajar en sus casas, pero desde fines de noviembre están en este espacio que lamentablemente está bastante descuidado, afrontando las variables del clima. Venden plantas, curiosidades y comida y se puede ir a ver, preguntar e incluso conseguir regalos de Navidad, para ayudar a los pequeños productores.
Entre los trabajadores está Mariela, quien en diálogo con El Tribuno contó que vende almohadas, almohadones, carteras y accesorios hechos con arpillera y pintados a mano. Trabaja mucho por pedido en su marca “Qué Churito”.
Cerca de ahí está el Gallego, un autodidacta que trabaja con madera, con mucha demanda para una tabla para picadas con forma de guitarra eléctrica. Por otra parte, la hija de Norma vende salidas de baño, pantuflas, mochilas, riñoneras y cartucheras.
Todos los precios son accesibles, o se pueden acordar. Hay también un puesto de comidas, para que los interesados encuentren algo a gusto y de buen precio, y se queden a comer. Se trata de la misma feria de artesanos que trabajaban antes en el paseo de Av. Excombatientes de Malvinas, frente a los bancos San Francisco y Bancario. Ante las quejas de los vecinos, debieron mudarse a otro lugar, pero de los 120 emprendedores originales, la mayoría decidió no instalar sus puestos por la pandemia.
Como el nuevo lugar es descampado, los trabajadores se someten a las lluvias, fuertes vientos y el calor que castiga desde octubre. El viento especialmente les complica el trabajo por ensuciar y desordenar todo, pero por el momento no tienen otro lugar donde vender sus productos.
