Con la proximidad de las Fiestas de Fin Año, el centro salteño se llenó de gente que aprovecha este período de tranquilidad epidemiológica para salir a hacer las compras. Por estos días, las veredas están colmadas de transeúntes que no respetan el distanciamiento social y también de manteros, el gran problema de los comerciantes formales de la zona.
El comercio ilegal se instala a lo largo de las peatonales Alberdi y Florida, también a lo largo de la calle Urquiza en proximidades del Mercado San Miguel. Venden todo tipo de productos, desde indumentaria hasta comida y los comerciantes que tienen sus locales en la zona están cansados. Desde hace años insisten en su pedido de trasladar a los manteros a otro sector porque, según denuncian, los perjudican. Sin embargo, la situación persiste.
Ángel Ortiz, secretario Gremial del Sindicato de Empleados de Comercio, aseguró que la Municipalidad capitalina permite la proliferación del el comercio ilegal en el centro de la ciudad. “El mantero es, lamentablemente, un el último eslabón de una gran cadena de producción trucha”, aseguró el dirigente en una entrevista con Aries.
El dirigente también explicó que la mercadería que se vende en la vía pública no tributa de forma alguna y que, en algunos casos, se trata de cosas robadas. “Es comprensible que todos quieran llevar comida a la casa pero se está alentando el comercio ilegal y se lastima el comercio formal. La Municipalidad permite que todo esto pase”, enfatizó.