Todo comenzó en septiembre de 2017, cuando un supuesto golpe en la pierna de su hijo, Fernando, fue vuelto a diagnosticar por una médica de Santa Cruz de las Sierras como un tumor de rápido crecimiento dentro del hueso.
Los oncólogos avisaron a Claudia que era urgente comenzar con un tratamiento de quimioterapia para intentar que Fernando no perdiera la pierna. La salud pública en Bolivia no es gratis, y Claudia, empleada doméstica, embarazada de dos meses y madre de dos hijos, no tenia dinero con que costear el tratamiento.
Fue entonces que aceptó cruzar la frontera hacia Argentina con el niño en su vientre y dos valijas con mas de un kilo de cocaína escondido en un doble fondo. Llegó hasta la ciudad salteña de Orán, donde tomó un remís hasta General Güemes con el objetivo de continuar el trayecto y llegar a la terminal de Liniers en Buenos Aires, donde le pagarían 500 dólares por las valijas.
El 27 de octubre del año pasado, en el kilometro 1.212 de la ruta nacional 34, Claudia fue interceptada por Gendarmería Nacional y descubierta por un perro especialista. Desde entonces está presa en el penal de Güemes en la provincia de Salta.
Como consecuencia de la ausencia y posterior detención de su madre, Fernando, de 13 años, se deprimió y abandonó el tratamiento durante tres meses. Cuando lo retomó en marzo de este año y con el fin de frenar la metástasis, los médicos decidieron amputarle la pierna. A las pocas semanas se la operación, los médicos avisaron a Claudia que no había nada más por hacer y que la enfermedad era terminal.
"Dejé el trabajo de limpieza para estar con mi hijito y necesitaba plata. Fui a la rotonda de mi ciudad, donde se sabe que dan dinero a cambio de pasar valijas a Argentina, pero yo no sabía que había adentro", dijo Claudia a Infobae.
Una médica comunicó a los defensores que ayer, miércoles, Fernando "Pidió irse a su casa y morir allí."
"Es un caso humanitario. Hay mujeres que entran a Argentina, ni siquiera hablan español, no tienen plata para nada. Migraciones las deja pasar y a los 20 metros las agarran. Las tienen dos años, las mujeres nunca terminan de entender qué le pasó", insisten los abogados.
Andrés Reynoso, su defensor considera que la mujer no presentaba riesgos para la investigación y que cometió el delito con el fin de pagar los tratamientos de su hijo gravemente enfermo. Entonces apeló el procesamiento de prisión preventiva dictado por el juez Esteban Hansen, quien demoró 4 meses en elevar el recurso a la Cámara de Apelaciones.
"Por favor dejen que esté con mi hijito, él me necesita a mí. La doctora me dijo que no se puede hacer nada. Me gustaría estar con él. Quiero que me digan si sí o si no, si es no, voy a hacer mi duelo", expresó la mujer, quien aún no recibió respuesta de las autoridades.