Las frutillas de Rosario de Lerma son de las más buscadas desde hace años por su gran calidad de producto, y por contener cualidades antioxidantes y energizantes. Se usan en tortas y postres, y brindan trabajo a muchas familias del Valle de Lerma.
Una de las pequeñas productoras de frutillas reconocidas de la zona es doña Damiana Coria de 51 años, una vecina que trabajaba en los surcos del tabaco. Ella junto a otros tres productores se unieron para crear una producción propia en San Martín, a cuatro kilómetros de Rosario de Lerma.
Como informa El Tribuno, Damiana se levanta a las seis de la mañana para cosechar la frutilla dos veces a la semana, y no paran hasta la hora de la oración. Empezó como una huerta familiar, y con asesoramiento del INTA y su propia experiencia terminó siendo el sustento principal de su familia durante todo el año.
El clima de esta zona del Valle de Lerma favorece el crecimiento de las frutillas, y trabajan a conciencia dedicadamente para recibir los mejores beneficios. El campo tiene unas cinco hectáreas, reunidas entre los tres productores. Ángel Yed tiene 33 años, y empezó también con una huerta el fondo de su casa.
Cada uno tiene su propia producción, pero colaboran y se ayudan y comercializan por separado la frutilla. Algunos empezaron hace unos cuatro años, y otros hace menos. La comercialización se hace en la zona del Valle de Lerma, y si las políticas de estado apoyaran las economías regionales podrían tener mayor producción y dar trabajo a más familias.