El femicidio de la profesora salteña Paola Tacacho en manos de un exalumno obsesionado con ella identificó a muchas mujeres que padecen situaciones de acuso y violencia, y mostró la inacción de la Justicia frente a sus denuncias.
Paola, quien fue asesinada el viernes 30 de octubre en Tucumán, había denunciado 13 veces a Mauricio Parada, un joven que hostigaba desde hace seis años. Días después del femicidio, sus familiares y amigos convocaron a marchar en Salta y Tucumán.
A la movilización se acercaron personas que conocían a la Paola, otras que no pero pedían justicia por ella, y una mujer que desde hace un mes sufre la violencia de un vecino. Ella le contó al diario La Gaceta que los problemas con el hombre comenzaron cuando ella colocó plantas y árboles en la medianera que separa sus casas.
El nivel de agresividad del vecino era tan grande que un día decidió sacar los ligustros pero él se puso más violento. La acuso de hacerse la víctima, luego entró a su casa, le pegó una cachetada y la ahorcó hasta dejarla inconsciente. La ayudaron un albañil y un jardinero que estaban trabajando en su casa.
Luego radicó la denuncia por violencia de género en contra de su vecino hace un mes, pero supo que sus papeles recién llegaron a la Fiscalía el viernes pasado. Espera mientras el hombre la sigue molestando. "Hace un mes que duermo mal; la gente no tiene idea de las consecuencias psíquicas que algo así conlleva. La Policía te trata de loca. Sólo espero no ser una Paola más", dijo.