Este martes se conocerá el veredicto del Tribunal que juzga a Pablo Yáñez por rociar con alcohol etílico y prenderle fuego a su expareja, Natalia Sarapura, quien ahora padece las secuelas que el brutal ataque dejó en su cuerpo.
En la jornada del lunes declaró el acusado y dijo que todos se trató de un accidente. También aseguró que nunca le pegó a la víctima y negó haberla amenazado. "Nunca tuvimos problemas. Éramos amigos", concluyó el imputado de "tentativa de homicidio doblemente calificado por la relación de pareja preexistente y por mediar violencia de género".
El violento episodio ocurrió el 25 de enero en el Cementerio de la Santa Cruz. Natalia Sarapura declaró en el juicio y contó que había ido a visitar la tumba de su abuelo cuando se encontró con Yañez. Reveló que estuvieron de novios durante seis meses y que ella había sufrido episodios de violencia.
Allí discutieron, él sacó una botella con alcohol etílico y le tiró el contenido encima. Luego le prendió fuego. Ella logró sofocar las llamas en su cuerpo en un piletón pero sufrió fuertes lesiones en su cuerpo. Quedó internada en el Hospital San Bernardo, donde la reanimaron de un paro cardiorespiratorio. Hoy tiene dificultad para hablar y otras limitaciones.