En la mañana del Viernes Santo, se supo que el Ejército boliviano puso en marcha un estricto plan para cortar la circulación de gente entre la frontera de la Argentina y Bolivia.
La frontera salteña se caracteriza por la informalidad de los pasos entre un país y otro; cabe recordar el intento de regular a los contrabandistas de cigarrillos, electrodomésticos y hojas de coca que intentó realizar la exministra Patricia Bullrich a principio de año de 2019, pero los "bagayeros" le saltaron al cuello con cortes de ruta y del paso internacional, y la medida de regularización quedó en la nada.
Muchas familias humildes de un país y otro viven del bagayeo, que a veces incluye el tráfico de sustancias estupefacientes que pasan por distintos pasos ilegales que existen, y son conocidos por los respectivos gobiernos.
Con el endurecimiento de las medidas para cerrar las fronteras en el marco de la crisis por el coronavirus, el Ejército de Bolivia cerró 57 pasos ilegales con piedras y tierra, de los cuales 14 estaban acondicionados para la circulación de vehículos.
Por su parte, el Escuadrón 20 de Gendarmería Nacional trabaja del lado argentino para evitar la circulación de personas entre los países, y prevenir la expansión de la pandemia que tiene en vilo al mundo.
"Tanto del lado boliviano como desde el de nuestro país, hemos cerrado completamente la frontera seca y todos los pasos conocidos, legales e ilegales, dejando solamente abiertos aquellos utilizados para posibles emergencias", dijo Rubén Arévalo, comandante del Escuadrón en diálogo con El Tribuno.
El uniformado contó que se desalentó fuertemente la circulación de vehículos, aviones, embarcaciones y personas, teniendo como consecuencia un fuerte golpe en el tráfico de productos ilegales, entre ellos, de pasta base y de la tradicional hoja de coca.
"Para nosotros es una gran noticia saber que se cerraron casi todas las bocas de expendio de la hoja de coca, porque eso demuestra que no está ingresando y que, si entra, no se está movilizando ese contrabando hacia las ciudades”, dijo Arévalo y agregó que la escasez del producto hace subir los precios del mismo en las ciudades, pero aseguró que están “cumpliendo con su trabajo”.