La Fundación Alfarcito es el legado del carismático padre Chifri, una figura muy querida y respetada por los habitantes de la Quebrada del Toro. Ellos son quienes nos acercan la historia de Doña Teodosia, con quien tuvieron un encuentro mientras llevaban donaciones a pobladores de la quebrada.
Doña Teodosia Viveros es una mujer de 80 años que vive en El Palomar, a unos 3900 metros de altura, en una geografía agreste donde se soportan grandes amplitudes térmicas y los efectos de la puna afectan la condición física de las personas.
Ella es viuda de don Eleuterio Lamas, quien falleció hace ya bastantes años. Y actualmente vive junto a uno de sus hijos en una casita de adobe y paja. Cuida algunos animales que le dan el sustento de carne y leche.
Integrantes de la Fundación encontraron a Doña Teodosia trabajando, llevando bidones de agua de un arroyito que, pese a ser las 11 de la mañana y a los rayos del sol, estaba cubierto de hielo. "La ayudamos con los bidones y las botellas con agua, la que usa para cocinar y beber."
"Nos pusimos a charlar, nos contó historias del lugar, recordó a su marido y al padre Chifri a quien lo recordaba como un ángel enviado por el Señor, hizo grandes obras por las familias de los valles y quebradas."
"Le entregamos algunas donaciones y nos despedimos con la promesa de volver pronto, ella nos agradeció la visita y nos regaló unas coplas de alabanza a Dios."
La simpleza de los habitantes de algunos rincones, en apariencia inaccesibles, de nuestra provincia, es muchas veces conmovedora para el visitante que llega a la inmensidad de la puna cargado del frenesí de la vida en la ciudad. Son otros los tiempos que ellos manejan, y que de tanto en tanto conviene imitar para despojarse de la inmediatez y materialidad a que nos somete la sociedad moderna.