En septiembre del 2020, Juan Marcos Correa desapareció de su casa en la localidad de Amenábar. Diez días después, su cadáver decapitado y sin corazón apareció en un descampado en cercanías de un santuario a “San La Muerte”. A tres años del asesinato, el sospechoso del aberrante crimen comenzará a ser juzgado.
El debate estará a cargo de los jueces Mariana Vidal, Mauricio Clavero y Adrián Godoy, que actuarán en los tribunales de la localidad santafesina de Rufino. Allí se decidirá el destino de Carlos L., el hombre acusado de homicidio calificado por alevosía y ensañamiento.
En cuanto a la hipótesis del crimen, los fiscales Rafaela Florit y Mauro Menéndez dijeron que se trató de un rito pagano y adelantaron que el pedido de pena será de prisión perpetua.
Según la investigación, el acusado engañó a la víctima para poder realizar un sacrificio humano en el marco de un ritual a San La Muerte, un culto al que era devoto.
¿Cómo fue el homicidio de correa en un ritual a san la muerte?
Correa, que al momento de su muerte tenía 39 años, tenía un consumo problemático de sustancias estupefacientes y vivía en condiciones de extrema vulnerabilidad. Aprovechándose de la situación, el acusado lo engañó para que se encontrara con él en un lugar conocido como el “Nuevo Basural”, de la localidad donde ocurrió el crimen.
Allí, el hombre lo golpeó hasta desmayarlo, para luego cortarlo con un cuchillo en diferentes partes del cuerpo, mientras seguía con vida. “Mientras agonizaba, le extrajo el corazón y provocó así su fallecimiento en el acto”, sostuvo fiscalía durante la acusación.
Una vez retirado el órgano vital, el acusado decapitó el cadáver y enterró las partes a pocos metros del lugar donde cometió el homicidio. Los restos aparecieron diez días después, tras una ardua búsqueda de agentes policiales, incluidas brigadas caninas, y bomberos de Amenábar, Rufino, Sancti Spiritu, Venado Tuerto y Murphy.
Luego de que un testigo lo vinculara con el crimen, Carlos L., fue detenido y, en el marco de su arresto, contó a otros detenidos lo que había hecho y cómo había ejecutado la acción homicida.
Con esta información, los uniformados fueron hasta el basural y encontraron en bolsas de nylon el cuerpo de la víctima. Estaba enterrado en cercanías de un altar armado para venerar al santo pagano.