La Fiscalía Regional de Venado Tuerto abrió este domingo una investigación sobre la muerte de un bebé. Según la primera denuncia que recibieron las autoridades, el nene quedó asfixiado por el portachupete y ya era demasiado tarde cuando los médicos intentaron atenderlo.
La situación en la principal ciudad del sudoeste santafesino se registró a última hora del sábado, cuando los padres del niño de un año lo llevaron al Hospital Alejandro Gutiérrez. En ese momento, el personal de guardia confirmó que ya no tenía signos vitales y dio aviso a la policía para que tomara las medidas correspondientes.
De acuerdo a la versión preliminar, la familia ingresó a pedir ayuda al nosocomio alrededor de las 23. Después, la investigación pasó a manos del fiscal de turno Damián Cassullo.
A partir del caso registrado en el hospital regional, el funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA) ordenó entrevistas a quienes atendieron a la familia dentro del efector provincial. Allí intervino la policía científica, que también fue enviada a la casa donde supuestamente se produjo la muerte accidental.
Al margen de los testimonios en el centro de salud, Cassullo pidió fotografías y videos de la vivienda. En ese contexto se dispuso además el secuestro de la ropa de cama del niño.