La escena gastronómica de Rosario atraviesa un momento de incertidumbre, y una serie de cierres recientes encendió la alarma. En las últimas semanas la ciudad vio cómo tres entrañables cafeterías bajaban sus persianas de forma definitiva, dejando un sabor amargo entre sus habituales clientes y evidenciando las dificultades que enfrenta el sector.
El panorama que atraviesan los comercios está marcado por un contexto de caída de consumo y suba de costos. El resultado se traduce en una seguidilla de tristezas: locales cerrados, trabajadores que se quedan desempleados, clientes que se quedan sin su cafetería preferida y dueños y emprendedores que se quedan con su sueño deshecho.
Según la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) las ventas en bares y cafeterías nacionales disminuyeron. El impacto de la crisis comenzó a sentirse con mayor intensidad desde marzo, posterior a la temporada alta.
Los comercios que cerraron son: Vintu (Maipú 514), Chica Kitchen (San Martín 834, Pasaje Pan)y Big Ba (Alsina 302), tres propuestas que habían logrado instalarse con éxito y consolidar una clientela fiel. La noticia del cese de actividades tomó por sorpresa a muchos, dado el valor afectivo que habían cultivado. Sin embargo, la simultaneidad de los cierres no pasó desapercibida, poniendo en relieve un panorama que los referentes del rubro venían señalando con preocupación desde hace tiempo.
La tormenta perfecta: menos clientes y más gastos fijos
El denominador común que atraviesa a estas clausuras es un combo explosivo: la menor capacidad de gasto por parte de los rosarinos y una incesante escalada en los costos operativos. La crisis económica nacional impacta directamente en el bolsillo, forzando a las familias a recortar gastos no esenciales, como las salidas a tomar un café o un brunch. A esto se suma el aumento constante de los alquileres, servicios e insumos, lo que convierte la ecuación de rentabilidad en una misión casi imposible para muchos emprendimientos.
Otras locales que cerraron sus puertas este año
Las cifras de cierres de cafeterías y espacios gastronómicos durante el 2024 y lo que va de este año no se limitan a este trío. Lamentablemente, otros locales representativos del rubro también bajaron sus persianas, confirmando que la crisis es estructural y no un hecho aislado. Algunos ejemplos son: Bar Pasaporte, histórico bar rosarino que cerró en septiembre, y Bar Pan Y Manteca, que también cerró en septiembre del año en curso.
