La senadora nacional por Santa Fe, Carolina Losada, se destacó en la última sesión del Senado al votar en contra del proyecto que financia a las universidades públicas. Al explicar su postura, reconoció que fue un voto “incómodo”, pero aseguró que fue realizado “a conciencia”.
La experiodista justificó su voto recordando la situación económica del país. Afirmó que priorizar el equilibrio fiscal es esencial bajo el actual contexto de inflación y desequilibrio presupuestario, y advirtió que otorgar aumentos sin control podría desembocar en “populismo” similar al de años anteriores.

En contraste, marcó una diferencia clara entre esta decisión y su respaldo al proyecto de emergencia para el Hospital Garrahan. Sobre este último, afirmó que la atención pediátrica es una cuestión urgente que no puede dilatarse y calificó ambas situaciones como puntuales, pero con diferencias relevantes.
La votación concluyó con 58 apoyos, 10 rechazos y 3 abstenciones, situando a Losada entre los pocos senadores que se apartaron de la mayoría legislativa en un punto clave del debate educativo y presupuestario nacional.
El voto de rechazo de Losada generó una fuerte repercusión, ya que su bancada había manifestado un respaldo mayoritario al proyecto. Esta postura puso de manifiesto la tensión entre la defensa de la educación pública y la prudencia fiscal exigida por algunos sectores.

“Necesitamos administrar la Argentina con responsabilidad y coraje, diciendo cosas que no siempre es agradable decir. Ya tuvimos veinte años para chantas, mentirosos y populistas”, expresó en diálogo con El Litoral.
Esa petición de coherencia fiscal halla respaldo local: Santa Fe cerró 2024 con un superávit de $132.055 millones, según los datos oficiales del gobierno provincial. Esa recuperación económica contrasta con el déficit histórico del año previo.

Sin embargo, la oposición rechazó el argumento fiscalista: organizaciones estudiantiles y gremios universitarios advirtieron que sin financiamiento adecuado, el sistema universitario podría perder calidad y competitividad.
El voto de Carolina Losada dejó un precedente contradictorio: aunque reconoció la importancia de fortalecer la universidad pública, lo condicionó al compromiso real del Estado por mantener finanzas equilibradas.