Antes del estreno de La Voz Argentina, que la tiene nuevamente como coach, Soledad Pastorutti organizó una imponente fiesta de 15 años para su hija Antonia, en una noche cargada de emoción, estilo y muchas sorpresas. El evento tuvo lugar en Arequito, la localidad santafesina donde vive la familia, y reunió a más de 300 invitados.
La celebración comenzó con la llegada de Antonia, quien lució dos looks distintos a lo largo de la velada: un vestido largo en blanco con bordados de cristales, escote en V y caída fluida para la recepción. Para el momento del baile, la joven cambió por un vestido corto, con flecos brillantes, escote en V y tirantes, y zapatillas blancas con detalles de brillo.

Soledad y su esposo Jeremías Audoglio se mostraron emocionados durante toda la jornada, que también incluyó una ceremonia íntima donde la familia brindó unas palabras para Antonia. En las redes sociales, la artista le dedicó unas emotivas palabras a su hija mayor: “Anto mamá te ama y verte feliz es mi mejor logro”.

El momento más emotivo fue el tradicional vals, donde madre e hija compartieron un cálido abrazo, y luego llegó el show en vivo que combinó música pop con folklore. La propia Soledad se subió al escenario para cantar junto a su hija, en una presentación que desató una ovación entre los invitados.
Además del show, hubo un DJ, un catering de primer nivel y una increíble ambientación a cargo de profesionales que transformaron el salón en un espacio de cuento de hadas. La temática giró en torno a nubes suspendidas, luces violetas y una pantalla que recreaba un cielo iridiscente.

La artista también compartió una foto familiar junto a su esposo y sus dos hijas, agradeciendo el cariño recibido y destacando el orgullo que siente por el crecimiento de Antonia.
“Ella dijo fiesta y así fue! Me cuesta mucho salir de la emoción vivida anoche junto a mi familia y amigos! Antonia es un ser especial, no puedo creer que ya cumplió 15 años”, escribió en un emotivo posteo en Instagram junto a un video que resumió la increíble noche.

“Parece que fue ayer que podía cargarla en mis brazos. Sigue siendo tan dulce, cariñosa, bella y buena como cuando era niña. Comparto con ustedes, que siempre están ahí tirando de las buenas, uno de los momentos más felices de mi vida”, continuó.
La fiesta dejó en claro el fuerte vínculo familiar y la calidez con la que Soledad mantiene sus raíces. En un mundo del espectáculo muchas veces marcado por la ostentación, la celebración logró combinar lujo y emoción en partes iguales, en una noche que Antonia recordará por siempre.