Un despiadado ataque a balazos en la zona oeste de Rosario concluyó el último viernes con el robo de una fortísima suma de dinero y un policía en estado crítico por los disparos recibidos. Andrés Farías fue internado tras el asalto al tesorero del Emporio de las Golosinas en Fisherton y desde entonces no hay personas detenidas.
El subinspector de 41 años trabaja en General Lagos, pero lleva largo tiempo contratado para prestar servicios adicionales en la distribuidora de Fisherton. De acuerdo a la primera hipótesis del Ministerio Público de la Acusación (MPA), no pudo defenderse cuando se encontró con los ladrones en la calle.
¿Cómo está el policía baleado en el robo al Emporio de las Golosinas de Rosario?
Andrés Arturo Farías lleva tres días en la unidad de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). El uniformado recibió tres balazos en la cabeza y el tórax, de modo que el pronóstico del equipo médico es reservado.
Horas después del golpe comando. el fiscal regional interino Matías Merlo descartó la hipótesis del tiroteo en Ambrosetti y Benegas. “Podemos suponer que no hubo un intercambio de disparos sino un ataque directo”, acotó en una rueda de prensa.
Farías y el tesorero de la empresa rosarina fueron interceptados mientras circulaban en una Renault Kangoo gris. Los asaltantes los alcanzaron a bordo de un Ford Focus gris. El MPA presume que los maleantes abrieron fuego para obligar a las víctimas a frenar su marcha y después volvieron a disparar para llevarse el botín sin resistencia.
Según explicó Merlo, el dinero del negocio estaba dentro de un bolso ubicado en el asiento trasero del utilitario. La banda lo tomó sin mediar palabra y se alejó rápidamente. A unas pocas cuadras descartaron su auto y se separaron para continuar con la huida en dos vehículos diferentes.
De acuerdo al calibre de las 11 vainas servidas secuestradas por la Policía de Investigaciones (PDI), el ataque fue perpetrado con dos armas de fuego. Toda la evidencia coincide en torno a la teoría de un plan para arrebatar el efectivo cuando el tesorero iba hacia el banco a depositar los billetes.