Una carabina semiautomática, armas de distintos calibres, panes de trotyl, chalecos antibalas, miras telescópicas, municiones y hasta manuales para la preparación de explosivos fueron secuestrados en el marco de una serie de 13 allanamientos que incluyeron el domicilio de Mario Roberto Segovia, conocido como “El Rey de la Efedrina”. Se estima que era quien lideraba la gavilla, que también estaría integrada por familiares suyos.
//Mirá también: La Corte ratificó la condena contra Mario Segovia, el “Rey de la efedrina”
Los operativos y las detenciones fueron realizados por agentes de la Unidad Federal de Investigaciones Federales de la Policía Federal (PFA), tras una investigación iniciada en 2016 por el fiscal federal de Lomas de Zamora, Sergio Mola, y por su colega Diego Iglesias, a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).
De acuerdo a los investigadores, la banda “hacía ingresar al país armas y explosivos en piezas desarmadas mediante distintas encomiendas, por el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y, desde allí, eran enviados a la ciudad de Rosario donde se encontraba radicado el núcleo de la organización”. De acuerdo a un dictamen de los fiscales, los pedidos de los explosivos eran realizados a una empresa canadiense a la que se le solicitaban distintos artefactos que consistían en sobres, libros y carpetas bomba.
Se sospecha que la banda criminal estaba dirigida por Mario Segovia desde el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, en el que se encuentra actualmente alojado cumpliendo una condena de 17 años y 6 meses por los delitos de “contrabando de estupefacientes agravado y tentativa de contrabando de importación”, en una causa en la que se investigó por el tráfico internacional ilícito a México de efedrina y pseudoefedrina. En los allanamientos fueron detenidos su hermano, Hernán Jesús Segovia; su hijo Matías Agustín Segovia; Gonzalo Rodrigo Ortega, Miguel Ángel Morel, y Ezequiel Hernán Bergara.
Los pesquisas determinaron que la compra de esos explosivos fueron realizadas tras un intercambio de mails en el que se utilizaron direcciones oficiales del Gobierno de Formosa que pertenecían a dos empleados municipales ajenos a la maniobra. Se sospecha que los detenidos accedieron a las contraseñas de esas personas y enviaban los mails que contaban con la terminación “gov.ar” para coordinar la compra y la entrega de los explosivos que fueron pagados mediante una transferencia vía “Money Gram”.
//Mirá también: Mantuvieron la condena contra el narco rosarino conocido como el “Rey de la Efedrina”
Además de comprar los explosivos, los acusados compraron manuales especializados en el armado de bombas, al mismo tiempo que tomaron cursos específicos sobre la temática. Los investigadores lograron establecer que la banda tenía previsto entregar esos explosivos a Mario Segovia “mediante algún método de ocultamiento, en el Complejo Penitenciario Federal 1 de Ezeiza, donde se encuentra alojado”.