Central volvió a dar una vuelta olímpica luego de 23 años y los jugadores festejaron a rabiar. La cuarta fue la vencida, luego de que la Copa Argentina se les negara en tres oportunidades.
Por su condición de capitán e hincha fanático, Marco Ruben fue uno de los que más sintió el logro, y así lo dejó traslucir en las cámaras. Edgardo Bauza, que se había mostrado muy sereno durante toda la previa y también en el partido, también estalló de la alegría con el penal definitorio de Matías Caruzzo.
Los jugadores desataron una verdadera fiesta en la cancha de Mendoza que continuó en el vestuario y seguro seguirá en Rosario, donde los esperan los hinchas.