El presunto abuso sexual de un chico de diez años por parte de un adolescente de 17 conmocionó Laguna Paiva. Una pueblada con más de 600 personas intentó incendiar la vivienda del acusado, y como la policía lo impidió, desvalijó la casa de su abuelo y se la incendió.
Todo comenzó cuando días atrás el chiquito salió a jugar con boleadoras junto a este adolescente, que es vecino suyo. En un momento, este último aprovechó que estaba en un descampado y le arrojó las boleadoras en los pies, tumbándolo al suelo. Entonces, según el relato de la víctima, le bajó los pantalones y abusó sexualmente de él.
Cuando la madre tomó conocimiento del hecho, lo denunció a la policía y realizó un pedido de restricción del acusado, ya que aparentemente se la pasaba amenazando a ella y a su familia. Sin embargo este joven (que ya había sido demandado por violar a una prima suya) también fue a la comisaría y denunció que querían atacarlo. Pese a que recibió custodia policial, posteriormente quedó detenido.
Todo estalló este viernes, cuando un grupo de 600 vecinos intentó hacer justicia por mano propia pero se topó con la policía que custodiaba la vivienda del joven. Entonces se dirigieron hacia la casa de su abuelo, que también contaba con denuncias por abuso sexual.
Tras desvalijarla por completo, la incendiaron ante la inacción de agentes y autoridades municipales. De hecho el propio intendente de Laguna Paiva, Rodrigo Fernández, justificó esta actitud de los agentes.
"La explosión de los sentimientos se origina en un hecho aberrante. Los saqueos y el incendio generaron daños para gente ajena al hecho, pero las autoridades policiales dijeron que era imposible contener la violencia", analizó.
"Ahora estamos enfocados y preocupados por el chico, para evitar una revictimización", dijo a Aire de Santa Fe y agregó que se dispondrán todos los recursos humanos del municipio ese sentido. "Debemos asistir a las personas en su denuncia y contención. Salir del silencio para las víctimas es importante", cerró.
