Desde la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) se mostraron preocupados por un posible cruce de barras leprosos y canallas en Buenos Aires. "Los hoteles donde se alojará cada plantel están a sólo diez cuadras de distancia", advirtió Juan Manuel Lugones, titular del organismo.
El funcionario aseguró que cuentan con información de que dos grupos de barras de Buenos Aires recibirán a sus pares rosarinos, y teme que esto de lugar a desmanes. "Se trata de hinchadas muy peligrosas", manifestó a radio La Red Rosario en referencia a los violentos de Newell's y Central.
"La mayoría de los dirigentes están apretados por estos grupos que están vinculados al narcotráfico. En la reunión nos plantearon sus temores de que haya enfrentamientos en los banderazos de cada uno", sostuvo.
Consultado sobre el motivo de la sede del clásico de Copa Argentina, consideró que el partido debería jugarse en Santa Fe. "A nosotros la Copa Argentina nos preguntó hace 15 días si se podía jugar el clásico rosarino en Buenos Aires, porque los dirigentes de los dos clubes rosarinos no se pusieron de acuerdo en dónde disputar este partido, con o sin público", respondió.
Lugones destacó que nadie en Santa Fe "quiso hacerse cargo del encuentro", en cambio el Ministerio de Seguridad de Buenos Aires "no puso ningún reparo" siempre y cuando el partido se jugara a puertas cerradas. "En provincia de Buenos Aires no tenemos complicidad con los barras", remató.
Por último el titular del Aprevide señaló que el 6 de septiembre en cancha de Lanús, cuando Central enfrentaba a Talleres por Copa Argentina, se detuvo a Andrés "Pillín" Bracamonte, líder de la barra auriazul. "Ahora no puede ingresar a ningún estadio del país", dijo.