Luego de que los familiares y amigos de Kevin Aguirre denunciaran represión policial en el cortejo fúnebre del adolescente, los efectivos respondieron que intervinieron porque los asistentes al evento estaban armados y efectuaron disparos al aire. La Fiscalía analiza lo ocurrido.
Este sábado alrededor de las 10 se realizó el cortejo para despedir a Kevin, el chico de 17 años asesinado el jueves por la noche en barrio Ludueña. Mientras la comitiva se trasladaba por Junín en dirección al cementerio La Piedad, se topó con la policía y comenzaron los incidentes.
Inicialmente los familiares y amigos dijeron que fueron los agentes los que, sin mediar palabra, golpearon a mujeres y dispararon contra los varones, dejando como saldo cinco heridos. Sin embargo ahora se conoció la versión policial.
Según esta última, personas que iban en motos que integraban la caravana, estaban armados y efectuaban disparos al aire. La Policía Comunitaria que estaba en el lugar, pidió apoyo a la Policía de Acción Táctica. Entre ambas los persiguieron y detuvieron a tres jóvenes.
Uno de ellos era Michelle Pereyra, el chico de 18 años que fue testigo del asesinato de Kevin, y al que -según los familiares- los efectivos buscaron amedrentar.
Michelle sufrió una herida en el pie y fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Se le imputó la tenencia de un arma de fuego calibre 22. Las otras dos personas fueron demoradas y se les tomó declaración.
La Fiscalía informó que también se les tomó declaración a testigos del hecho para elaborar un informe en la Unidad de Corrupción y Violencia Institucional de la Fiscalía. El objetivo es evaluar el accionar del personal interviniente en el hecho.
Interviene en el caso el fiscal Ángel Granato de la Unidad de Flagrancia, en colaboración con el fiscal Pablo Pinto de Homicidios, quien lleva la investigación por el asesinato de Aguirre.
