Alertan por altos niveles de plaguicidas en los ríos y arroyos afluentes del Paraná

Es la segunda parte de un informe que ya había evidenciado concentración importante de glifosato en las aguas.

Alertan por altos niveles de plaguicidas en los ríos y arroyos afluentes del Paraná
Preocupa el nivel de plaguicidas detectado en los afluentes del ru00edo Paranu00e1.

En el marco de una segunda parte de un relevamiento sobre contaminación en la cuenca de Paraná que encaró el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA), en las últimas horas se concluyó que los niveles de plaguicidas detectados en las aguas de los afluentes del río superan los niveles recomendados para la protección de la flora y fauna acuática.

El informe fue desarrollado por investigadores argentinos y publicado recientemente por la revista especializada "Enviromental Monitoring ad Assessment" y completa una primera serie de resultados que se habían difundido en julio sobre la presencia de glifosato en el Paraná.

"Nuestro objetivo era estudiar la existencia, concentración y destino de los plaguicidas en las aguas superficiales y sedimentos del fondo de los principales afluentes y principal curso de agua de la cuenca hídrica Paraná-Paraguay", explicó a Télam el biólogo Damián Marino, integrante del CIMA, quien realizó la investigación.

Los relevamientos arrojaron que se detectaron entre 0,004 y 6,62 microgramos de plaguicidas por litro de agua y entre 0,16 y 221,3 microgramos de plaguicidas por kilo de los sedimentos.

"En referencia al agua, encontramos niveles superiores a los niveles guías que recomiendan documentos internacionales y a los de la Subsecretarí­a de Recursos Hí­dricos de la Nación", describió Marino.

"Endosulfán, clorpirifos y cipermetrina fueron compuestos ubicuos en ambos compartimentos ambientales (agua y sedimentos) y cuantitativamente los más relevantes", señaló.

"Lo que encontramos es que mientras la concentración de glifosato aumentaba desde la cuenca de Santa Fe hacia la desembocadura, en el caso de los plaguicidas no hay un patrón especial, sino que están por todos lados", describió.

Consultado sobre los efectos que puede provocar que las concentraciones encontradas sean mayores a las recomendadas, Marino señaló que "si esos valores tuvieran un efecto agudo no tendríamos ni peces ni vegetales, los sistemas naturales generan un efecto protector del ambiente que condiciona la biodisponibilidad de los tóxicos, por ejemplo, la materia orgánica disuelta puede capturar los tóxicos".

"No obstante -concluyó- eso no quiere decir que no pasa nada; lo que está sucediendo es que la flora y la fauna tienen una exposición crónica a esos tóxicos, lo que puede producir alteraciones en el desarrollo, crecimiento y, en definitiva, en la biodiversidad del medio".