El ministro de Seguridad provincial Maximiliano Pullaro ratificó que los 300 nuevos gendarmes asignados para trabajar en Rosario van a ir a "dos zonas calientes", en referencia al sur y el sudoeste de la ciudad, aunque aclaró que no se tratará de una saturación permanente sino de un trabajo a partir de información recogida por las fuerzas provinciales.
Horas después del anuncio de la llegada de 200 efectivos a los que se sumarán otros cien en junio, el funcionario destacó que "siempre se sostuvo la cantidad de agentes federales en Santa Fe, nunca decayó". De esta manera, defendió el alcance actual del convenio que renovaron a principios de año su par nacional Patricia Bullrich y el gobernador Miguel Lifschitz.
"Esto nos permite redireccionar recursos de la policía de la provincia de Santa Fe", apuntó el encargado de la cartera de Seguridad respecto del importante despliegue que venían realizando los agentes locales en Tablada, Municipal y Triángulo, entre otros barrios.
Según indicó el ministro, los gendarmes serán enviados a trabajar en esas zonas a partir de "los datos que produce el OJO", en referencia a la Central de Información Criminal Operativa. Siguiendo el diagrama de microcuadrículas con el que opera la policía santafesina, los uniformados saldrán a la calle "en horarios y días determinados" para cubrir puntos específicos.
Luego del reclamo de dirigentes vinculados a Cambiemos sobre el costo de alojar a las fuerzas federales, la Provincia destrabó la situación y acordaron que el refuerzo permanezca en la ciudad al menos por tres meses.