Después de la muerte de los dos jóvenes que el viernes protagonizaron una persecución policial que terminó en Callao y Cazadores con el vehículo que se trasladaban impactando contra un árbol, el fiscal de la Unidad de Homicidios, Adrián Spelta, le aseguró a los familiares de las víctimas que en el caso no va a prestar colaboración la Policía de Santa Fe, sino lo harán agentes federales.
Los allegados de David Campos (28 años) y de Manuel Medina (32) denunciaron un caso de gatillo fácil alrededor del hecho que, según efectivos de la fuerza, se inició con un pedido de identificación en Grandoli y Lamadrid que fue ignorado por los dos muchachos que conducían un Volkswagen Up, propiedad de uno de ellos, y que -siempre siguiendo la versión policial- se enfrentaron con los agentes que los seguían.
"Le informé a los familiares que la investigación la voy a llevar yo y será la Policía Federal la que realice las pericias y el trabajo de campo", mencionó Spelta en diálogo con la prensa. Desde el primer momento, la familia de los dos fallecidos dudó de la versión esgrimida por la fuerza santafesina.
Spelta invitó además a "quienes hicieron denuncias en las redes sociales y en los medios sobre el caso a que se acerquen a la Fiscalía, porque van a ser atendidos".
"Hasta el momento no hay caratula en el expediente que investiga la muerte de los chicos que en principio fallecieron en el marco de un persecución policial", se limitó a decir el fiscal, sobre lo sucedido en zona sur, después que personas vinculadas a los dos muertos expresaran que las armas que aparecieron al lado de los cuerpos "fueron plantadas" por la policía.
El cadáver del conductor prestaba 14 orificios de bala, de los cuales 5 tenían orificio de entrada y salida. El otro fallecido presentaba cuatro impactos. "Se está desarmando el auto para determinar la trayectoria de los plomos. Además, los vidrios del vehículo estaban cerrados por lo que en base a la rotura de los cristales se podrá determinar de dónde salieron las balas", agregó Spelta.