El Museo del Gran Hotel Viena de Miramar de Ansenuza, reabre sus puertas en cuarentena para proponer la primera visita guiada virtual.
El Gran Hotel Viena guarda entre sus muros historias y leyendas, y también los misterios y relatos que aseguran que actividad paranormal en el lugar.
Su construcción se inició en 1940, concluyéndose en 1945, financiado íntegramente por el alemán Máximo Pahlke, accionista de la compañía de acero Mannesmann que durante la Segunda Guerra Mundial fabricó los cañones de los tanques Panzer, una de las más beneficiadas por el Tercer Reich. El hotel sólo funcionó dos años, hasta 1947, reabriéndose parcialmente en 1962.
En esos años, Miramar tenía 1600 habitantes y el lugar era furor por sus aguas y fangos curativos.
Su diseño estaba pensado para tres clases sociales, con espacios bien divididos, donde solo la clase alta alemana era la que gozaba de la vista a la Mar Chiquita. Tenía 84 habitaciones, ascensor, calefacción, aire acondicionado, banco, correo, central telefónica, lavandería, taller mecánico, piscina, frigorífico, panadería y hasta servicios médicos.
El Viena era un pueblo dentro del pueblo, sólo visitado por extranjeros: alemanes, austríacos y croatas. Se autoabastecía y prescindía del afuera, y a pocos kilómetros, en Colonia Müller, se había habilitado una pista de aterrizaje para avionetas y helicópteros. Todo era colosal para la época y para la zona.
Se estima que la construcción costó el equivalente a 25 millones de dólares.
En el lugar trabajaban unos 70 empleados, todos hablaban alemán o eran alemanes, bajo las órdenes del jefe de Seguridad: Martín Kruegger, también alemán.
La historia cuenta que en el Viena se alojó Adolf Hitler a fines de 1940, y si bien no hay documentación que lo certifique, la gente del lugar lo volvió una certeza, al igual que supuestos encuentros entre el Führer y Perón en el lujoso hotel de Miramar.
Los miramarenses relatan una vez que llegaron varios Cadillac negros y se dirigieron hacia el Viena que misteriosamente, ese día, cerró sus puertas al público. La leyenda cuenta que Hitler arribó al hotel bajo un fuerte operativo de seguridad y se alojó en el VIP.
Cuando los propietarios decidieron cerrar el hotel en 1946, solo quedó en el Viena el jefe de Seguridad, muriendo al poco tiempo en una de las habitaciones. La causa del deceso nunca se supo, incluso hasta se habló de un envenenamiento.
Pero además de la historia ligada al nazismo, el Viena sigue siendo un misterio frente a la Mar. Sufrió la inundación que afectó a todo el pueblo y hoy se conservan sus ruinas, que siguen asombrando a los turistas porque aún dan cuenta de la majestuosidad, lujos y belleza del lugar, donde se tejen todo tipo de misterios.
El Viena sufrió robos, saqueos y falta de mantenimiento. Después de la inundación que afectó a Miramar, algunas familias del pueblo fueron a vivir al Viena, y fueron ellos los primeros en contar historias espectrales, donde aseguraban sentir pasos, ruidos de llaves y la presencia de Kruegger en la habitación 106, desde donde continuaría cuidando del Hotel.
A lo largo del tiempo, muchos fueron los turistas que reafirmaron esos dichos, por lo que el Hotel se volvió una visita obligada para los amantes de los misterios.
Por eso, desde la Asociación Civil Amigos del Gran Hotel Viena, proponen en cuarentena, la primera visita guiada virtual a través de la plataforma Zoom.
La misma se realizará el próximo sábado 6 de junio, a las 15h, y quienes deseen participar pueden reservar su entrada en https://bit.ly/3exPqLs
Los cupos son limitados. ¿Te animás a recorrerlo?