Helen González es de Río Primero, el 21 de septiembre cumplió sus 19 años y solo pedía una silla de ruedas porque la que tenía era prestada y no estaba en buenas condiciones.
Pero no solo recibió una, sino dos. Entonces la segunda silla de ruedas se pudo adaptar a una bicicleta para que su abuela la pueda llevar cada vez que sale a hacer las compras o para pasear juntas.
Helen nació con un tumor en la médula y tenía muy pocas chances de vida. Además, luego de permanecer todo un año internada, contrajo Adenovirus que le causó EPOC, con inflamación en sus pulmones, lo que obstruía el flujo de aire. Por ello, necesitó de oxígeno hasta los siete añitos.
Toda su vida estuvo signada por una lucha constante, y cuando parecía que no había salida, se produjo el milagro. "Yo tengo mucha fe y le pedí al Sagrado Corazón de Jesús que me la cuidara, y desde ese entonces nunca más se me enfermó", asegura Estela, la abuela de Helen.
Su historia conmovió tanto que al día siguiente de darla a conocer, el profesor Luis Biava de Santiago Temple, donó su propia silla de ruedas para Helen.
Desde Arroyito, gracias a la intervención del locutor Diego Griffa, Javier Luque donó una bicicleta; una mujer de Villa Allende donó otra silla que había sido de su propia hija; y desde Monte Cristo, Daniel Torasso ofreció su trabajo desinteresado para armar una bici adaptada a la silla de Helen, para que pudiera cumplir su deseo de salir a pasear.
Este lunes, Helen recibió el regalo que fue posible concretar gracias a muchas personas generosas y de gran corazón que aportaron su granito de arena para cumplirle el sueño que hoy la hace feliz.