Juan tenía 85 años, nacido en 1936, en la ciudad de Rosario, Santa Fe. fue el primer motero del mundo en unir Ushuaia con Alaska, peronista, sindicalista petrolero, activista político y deportivo de la ciudad y la provincia. Los que lo conocieron sabían de su oratoria imparable, de su memoria intachable. “Juancito”, le decían los amigos, aunque sus canas ya adornaban su cabeza y pintaban su bigote.
Llegó a la provincia de la mano del INTA. Fue siempre inquieto, aventurero y amante de la mecánica. Tan es así que hay historias que cuentan que cuando era chico, solo 12 años, su padre le preguntó si quería trabajar o estudiar, como se decía antes, se inclinó por las herramientas del taller, más que por lo libros y las horas sentado en un pupitre. Así aprendió con pasión, el oficio que luego sería su sustento.
Luego de hacer el servicio militar en Corrientes y escuchar permanentemente al comandante del Batallón, quien lo amenazaba con mandarlo a Tierra del Fuego, el lugar más alejado de su vista, frío, perdido y hasta desconocido de la Patagonia Austral, nació dentro de él el interés de venir para estos lados.
Así fue que con oficio en mano, “Juancito” partió de la ciudad de la Bandera hacia la ciudad del viento. Allí se convertiría en el primer empleado de la Agencia de Extensión Rural del INTA Río Grande, Tierra del Fuego. Para que pudiera adaptarse a las ventiscas y al áspero clima, lo enviaron a vivir a la Estancia María Behety. Desde ese momento, Juan José Degratti, comenzó a afianzarse en la ciudad y en la provincia. Fue marcando historias que se instalaron en el pueblo y que hoy se recuerdan, pero que no morirán jamás, porque seguirán por generaciones.
Tras la lamentable noticia, el intendente Martín Pérez quiere hacer llegar sus condolencias y acompañamiento a su familia y seres queridos en este difícil momento que atraviesan. La sociedad toda, también recordarán a “Juancito” un joven rosarino que se adaptó a estas tierras.