El Municipio continúa acompañando a las organizaciones comunitarias de la ciudad

Con una visión de organización y fortalecimiento de distintos sectores de la ciudad, se llevan a cabo programas alimentarios y de acompañamiento a las trayectorias educativas. Esto es en el marco de implementación de una política integral del Estado municipal, para acompañar a vecinos y vecinas que apuestan al voluntariado y a la solidaridad.

El Municipio continúa acompañando a las organizaciones comunitarias de la ciudad

El Municipio de Río Grande, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, hizo entrega de elementos escolares para las actividades que se desarrollan en el Oratorio “San Juan Diego”, espacio que también funciona como merendero comunitario al servicio de las infancias y juventudes riograndenses.

Al respecto, la secretaria de Desarrollo Social, Silvana Angelinetta, comentó que “se trata de una política integral y trasversal de acompañamiento que realizamos a las organizaciones comunitarias, espacios abocados al bienestar común que son tan importantes para los vecinos y las vecinas”.

A través de estas acciones, el municipio busca acompañar a vecinos y vecinas que apuestan al voluntariado y a la solidaridad.
A través de estas acciones, el municipio busca acompañar a vecinos y vecinas que apuestan al voluntariado y a la solidaridad.

“Se trata de uno de los ejes primordiales de la Gestión, articular y realizar acciones concretas con el fin de llegar de manera eficaz a las familias que necesitan de acompañamiento ante situaciones de vulnerabilidad”, agregó la funcionaria.

Angelinetta detalló que, en esta ocasión, se acercó “a un espacio fundamental que funciona en Chacra IV, kits escolares para fortalecer las trayectorias educativas de las infancias y adolescencias, ya que se trata de un lugar que brinda también un espacio de aprendizaje y contención”.

Finalmente, respecto al trabajo diario que se realiza con las organizaciones comunitarias de la ciudad, la Secretaria explicó que “quienes llevan adelante acciones voluntarias, a través de comedores o merenderos comunitarios, no sólo reciben un aporte alimentario, sino que el acompañamiento es más amplio e integral, fortaleciendo de esta manera la capacidad de gestión de cada una de ellas y del capital humano de cada persona que transita por ellas”.