La pandemia trajo complicaciones de todo tipo, entre ellas las económicas y por eso una familia de Chaco tuvo que emprender un largo viaje a Santa Cruz para intentar conseguir estabilidad; pero no fue nada fácil, porque bajo ningún punto de vista iban a abandonar a sus mascotas, pero no podían pagar un transporte especial. ¿Qué hicieron? Salieron de mochileros e hicieron dedo.
Los protagonistas de esta aventura son Alejandra González y Gabriel Fuentes. La pareja recibió una oferta laboral en Pico Truncado y no dudaron en aceptarla, pero los problemas iniciaron cuando planificaban como recorrer los 2.650 kilómetros hacia la Patagonia.
Pasa que la familia tiene cuatro perros y dos gatos, y de ninguna manera los iban a dejar en suelo chaqueño. A la hora de ver como llevar a los animalitos, los números no cerraban ya que los traslados especializados son muy costosos, pero lejos de bajar los brazos, la familia salió caminando e hizo “dedo” para concretar su aventura.
“Fue un largo viaje, tardamos una semana y si no nos hubieran ayudado quizás hubiéramos tardado meses, encontramos muchos ángeles en nuestro camino, que nos ayudaron con aventones, nos dieron alojamiento, entonces todo se hizo más liviano”, detalló Alejandra a Crónica.
Algunos les daban un aventón, otros un lugar para dormir, los asistían y acompañaban; fue un largo camino que les permitió conocer a personas con un gran corazón y que los ayudaron de manera desinteresada. La familia cuenta que Sandra, santafesina, fue clave: “Es nuestro ángel mayor, hizo el trayecto más largo para traernos de Ricardone, Santa Fe hasta Pico Truncado”.
Alejandra contó que a lo largo del viaje vieron a muchos animales abandonados y que en varias oportunidades terminaban muertos en el camino. “Mucha gente por comodidad a veces no lleva a sus animales y no es la solución abandonarlos, son como niños, no saben qué hacer si vos les faltás”, insistió la mujer.