La fortuna quiso que el derrumbe de un muro perimetral del cementerio de Río Cuarto ocurra a la medianoche y que no hubiera peatones en esa vereda sobre la que vino abajo una pared de 20 metros de largo, en los últimos minutos de este martes.
Por causas que son motivo de investigación, se vino abajo buena parte del paredón sobre las calles Moreno y Trejo y Sanabria, cuyos ladrillos quedaron sobre la acera, que por suerte estaba desierta a la hora del evento, por lo que sólo hay que contar el daño material.
Según la información proporcionada por la Policía, fueron los propios vecinos del barrio los que dieron parte a la fuerza pública sobre este derrumbe que provocó un estruendo que sacó a varios de la cama, dada la hora del suceso.
El lugar está precintado por Defensa Civil, mientras que se realizan pericias para establecer si la pared fue volteada a causa del viento o si se trata del deterioro del muro perimetral.