Rafaela se ha convertido, en las últimas horas, en un modelo a seguir en el país. Es que las restricciones a la nocturnidad, que se comenzará a aplicar a partir de este viernes 8, ya rigieron en la ciudad durante algunas semanas. Y los resultados fueron más que positivos. Este rendimiento es el que se busca extrapolar a todo el país, para evitar un arribo prematuro de una segunda ola.
Las primeras medidas fueron anunciada el 27 de septiembre y aplicada desde las 0 del 28. Venía de tres días consecutivos en donde se había superado el centenar de casos en tres días (algo que es lo esperable ahora, ya pasado el pico), en buena parte, atribuido a la presencia del Plan Detectar, que multiplicó la cantidad de testeos. Pero, el índice de positividad fue del 50%. Es decir: había muchos casos. Todavía no había sido declarada, junto a Esperanza y a Sunchales, como localidad con transmisión local comunitaria sostenida.
La idea era sencilla: había una fuerte movilidad durante el día (casi al máximo posible, con el 80% de las actividades habilitadas), pero se volvía a Fase 1 durante la noche. ¿Por qué? Porque había reuniones clandestinas en donde no había protocolo, porque en la gastronomía sí se aplica y así se podía mantener el motor de la economía encendido.
Una por una, las medidas
- Los supermercados atenderán al público de 8 a 19 horas y solo podrá acceder a realizar las compras una persona del grupo familiar. Se mantiene la posibilidad de continuar con el servicio de delivery de mercadería incluso luego del horario de cierre.
- Cierre de bares y restaurantes a la medianoche. Continuarán trabajando con reservas, al 50 por ciento de su capacidad en su interior, y podrán ampliar sus mesas en veredas y espacios abiertos, respetando la distancia mínima de dos metros entre ellas. Si no cumplen con el protocolo sanitario, les cabe una multa desde $80.000 y posiblemente, la clausura.
- Delivery: hasta las 24. Si se incumple, podrían pagar una multa de 30 mil pesos para quienes no cumplan con la medida.
- Habrá restricciones en a la movilidad de las personas, desde las 22 las 6, con el objetivo de evitar la circulación. En esos horarios, habrá más controles de la Municipalidad y de la Policía.
Esto generó un fuerte descontento, principalmente de la gastronomía, que se veía impedida de trabajar a pleno. Ese lunes 26 de octubre hubo una reunión y se acordó que durante los fines de semana, se mantengan abiertos hasta las 0.30, pero que de domingo a miércoles se cerrara a las 22. Se buscaba desactivar una movilización, que finalmente se concretó por la noche. Medio millar de personas gritaban por “libertad”.
En las redes sociales, no faltaron las burlas acerca del “horario del virus”, que se activaba por las noches, pero que descansaba de día.
Lo cierto es que ese “martillazo”, trajo aparejado un fuerte descenso en la cantidad de casos: a partir de noviembre se empezó a notar que el número de casos diarios, al punto tal que el 10 de ese mes, el Subsecretario de Salud indicó que “el pico había sido superado”. Para el 24 de noviembre, las restricciones a la nocturnidad, prácticamente, habían terminado.
Justamente, Martín Racca, en conferencia de prensa, este lunes, indicó que Rafaela era un “modelo para demostrar que las medidas son efectivas. Fíjense la clara tendencia: la curva se parte a la mitad, se desploma después de las medidas. Las medidas son efectivas: sabemos que no son gratas, que a nadie le gusta tomar este tipo de medidas. Pero claramente, visiblemente, son efectivas”. Seguramente, es el que la Nación quiere extrapolar a todo el país.
En el gráfico elaborado por el equipo del Dr. Ernesto Kofman, del CONICET, indican que se mantienen las restricciones, la cantidad de casos seguiría a la baja. Pero si se aumenta la movilidad un 20% (línea amarilla) o se libera aún más (línea roja), los casos podrían aumentar hasta llegar a 50 diarios promedio para finales de mes.