La Sociedad Rural de Rafaela emitió un fuerte comunicado, reclamando por mejoras en la infraestructura, específicamente, en los caminos rurales.
Entienden que las comunas cobran pero no hacen su trabajo, al tiempo que “Caminos de la Ruralidad” o como se lo conoce ahora, “Caminos de la Producción”, va lento y no alcanza. Eso no le brinda competitividad a nivel mundial y garantiza la continuidad de la inseguridad.
A continuación, el texto de la Rural de Rafaela:
“Igual que los colonos, que nuestros abuelos, a pesar de la sucesión de décadas, de aportes, del avance de la tecnología, para producir alimentos todos los días seguimos circulando por caminos de tierra sin mantenimiento.
Con la firme convicción de defender los derechos de nuestros socios y productores, conociendo el cumplimiento de las obligaciones y los aportes que nos corresponden, desde la Sociedad Rural de Rafaela retomamos la problemática del abandono de los caminos rurales, transitando ya el primer cuarto del Siglo XXI.
Nuestros productores, las comunidades y la propia producción, siguen demorando su evolución porque no hay obras de infraestructura acordes ni en la región y la provincia, pero sobre todo en el país, de la mano de un sector agropecuario dispuesto a avanzar.
En la ruralidad se invierte en vehículos, en maquinaria, en tecnología, de forma constante para mejorar las condiciones tranqueras adentro y con nuestro trabajo hacer los pagos de tasas e impuestos que las diferentes instancias de gobierno nos exigen.
Así como pasa en países que nos igualan en capacidades productivas, pero con la diferencia que ellos tienen caminos adecuados para crecer.
Miles de millones de pesos que cada mes quedan en la nada en todas las localidades son los que reclamamos que se pongan en acción para conseguir caminos que nos permitan circular con seguridad, con cualquier condición del tiempo y por cualquier motivo.
Sin infraestructura la gente no puede vivir en el campo, las campañas agrícolas se demoran, los tambos no pueden sacar la leche, los chicos no pueden llegar a las escuelas y nadie puede atender las urgencias de los enfermos. Eso que parece tan lógico es lo que enfrentamos cada día, sobre todo en jornadas de lluvia.
No se alisan ni las huellas de la tierra o las que deja el barro, no hay cuneteo que intente escurrir el agua, tenemos los productores que salir del campo con los tractores a reparar los caminos, a remolcar autos, camionetas, maquinaria que queda encajada en el olvido más profundo de la política y la gestión pública.
Aunque el programa “Caminos de la Ruralidad”, devenido en “Caminos de la Producción” tiene ínfimos avances, se trata de trazas mínimas para atender las necesidades de todos los productores.
Con planes del Municipio de extender la pavimentación de Bv. Irigoyen, seguramente seremos los productores los que financiemos un ripio que se utilice para el tránsito interurbano y donde las maquinarias no puedan tener circulación segura.
Sin caminos óptimos, los únicos beneficiados son los arcones de la política que se agigantan y los delincuentes que operan con total libertad, sin posibilidad de ser controlados, perseguidos y mucho menos atrapados.
Necesitamos con urgencia que las obras en marcha se concluyan, que el resto de los caminos se mantengan, que se atienda la gravedad de la basura que la urbanidad descarta en la ruralidad, afectando nuestras producciones y sobre todo al ambiente, en el que ocasionalmente la política se enfoca.