Hace unos meses, la administración de Javier Milei había tomado la decisión de bajar temporalmente las retenciones. Pero, la gente del campo confió en que esto no sería temporal, sino que se iba a extender. Sin embargo, el Presidente fue muy claro: liquiden porque se reinstalan. Y finalmente, esto se concretó acá.
De esta manera, las retenciones para el complejo soja pasarán de 24,5% para harina y aceite y 26% para poroto, a 31% y 33%, respectivamente. Por su parte, para maíz el incremento iría desde el 9,5% actual hasta el 12% vigente hasta mediados de enero.
En ese marco, la Sociedad Rural de Rafaela emitió un comunicado en donde deja sentada su postura respecto a esta situación. Se transcribe a continuación.
Los Derechos de Exportación a la soja y al maíz volverán, este primer día de julio, a los porcentajes de sus máximos históricos, cifras que habían sido recortadas temporalmente en enero por el Gobierno Nacional.
La medida se entendía que impulsaba la liquidación de granos y la recaudación, en tiempos en los que el país precisa de una base financiera mayor. Pero la circularidad de la historia argentina hace que nuevamente la ganancia posible de los agricultores se licúe, mientras no hay siquiera una devolución en infraestructura productiva.
Las famosas retenciones desvelan el descanso de quienes trabajan todos los días, con todos los riesgos del cielo abierto. Como una pesadilla, los productores siguen sin poder planificar entre campañas, aportando siempre y de forma extraordinaria, pero sin la posibilidad de ganar en consecuencia.
La medida temporal del Ejecutivo nacional, que tuvo una prórroga en granos finos, recupera la recaudación completa en los principales cultivos, con la premisa de sostener el superávit fiscal.
En este sentido, entiende a la perfección el campo su importancia económica y su responsabilidad para sustentar el progreso argentino.
Lo que viene siendo una liquidación histórica de granos, en una campaña amplísima, quizá hubiera permitido al menos seguir sosteniendo el recorte que se planteó en enero pasado, para así caminar hacia una baja progresiva que lleve a la desaparición de una erogación única a nivel mundial.
Los productores no pueden seguir dispersando su atención en medidas políticas que los afectan, deben enfocarse solamente en generar alimentos y no ser responsables salientes de la estabilidad económica nacional.
Tal como lo manifestó hace horas la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias, “no hay más margen para medidas discrecionales de corto alcance, que sólo profundizan la incertidumbre y la desazón. El campo argentino necesita reglas claras, previsibilidad y una Argentina sin retenciones”.
Dispuestos a seguir trabajando y aportando, la producción necesita competitividad, para así aprovechar oportunidades, desenvolverse con el resto de las medidas que acompañan al sector, para así contar con la libertad de seguir invirtiendo, hacer crecer al país y alimentar al mundo.