Cuando la pandemia del coronavirus llegó, tomó a todos por sorpresa. Nadie esperaba que llegara así de rápido. No había planes preparados. Muchas empresas debieron cerrar sus fábricas. Algunas, empezaron a repensar cómo poder seguir. Así lo hizo Diego Angulo, de Dapack SA., que pensó en dejar de hacer embalajes industriales para comenzar a fabricar camas de cartón. Esta innovación cuenta, incluso, con el aval del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Angulo había comprado una máquina de última generación, con tecnología digital en febrero. Apenas llegada a Rafaela, ninguno de sus clientes podía ya trabajar, por el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Diego pensó como podía mantener a su empresa de ocho empleados en pie. Y recordó que había investigado sobre mobiliario de cartón: es que el virus dura solamente 24 horas allí, mientras que sobre otros materiales, hasta 5 o 6 días. Y así aparecieron las camas de cartón corrugado virgen doble triple (certificado) y resistente a la humedad.
En la actualidad ya produjeron 2000 camas para los centros de aislamiento de Humboldt, Emilia, Cabal y Saguier. También entregaron mesas de luz y cestos de basura hechos con cartón.
Las cajas que contienen a las camas pesan 10 kilos y tienen un metro por 0.50 m por 0.20 m. Como son encastres, se arman en 10 minutos. El INTI certificó que las camas "soportan una carga de 400 kilos sin evidencia de deformaciones o roturas". Y, como si fuera poco, después de la pandemia, es un material absolutamente biodegradable.