Punta Alta siempre tiene historias para sorprendernos, esta vez no es de solidaridad, pero si es de esas historias que merecen ser contadas porque no todos los días se cumplen 95 años mientras atravesamos una pandemia en el país.
Teresita, como le dicen sus amigos y familiares, tenía por vivenciar en Mayo, una fiesta sorpresa. Ella tiene domicilio en el barrio Nueva Bahía Blanca y por causa de una caída, tiene que trasladarse con andador. A causa de la cuarentena obligatoria, el festejo no fue el esperado, pero sus hijos se la rebuscaron para que sea inolvidable.
Su hijo Omar Roldán habló con Vía, " mi mamá se crió en el campo en la ciudad de Lincoln. Cuando se casó trabajó en los tambos y en el año 1953 vino toda la familia a vivir a Punta Alta, más específicamente en el barrio Nueva Bahia Blanca".
Continuó, " somos 8 hijos de cuales 1 falleció, 28 nietos (4 son enfermeros), más de 50 bisnietos y tataranietos. Teníamos organizado para festejarles los 95 años de vida en Mayo, todo contratado, porque gracias a Dios está lucida y una memoria impecable".
"Ella hace 4 años se cayó y se quebró el fémur, pero se curó bien y se maneja con un carrito. Es una mujer muy querida y los vecinos la quieren como si fuera su abuela. Se nos ocurrió en estos días cómo darle junto al resto de la familia, un feliz cumpleaños. Compramos globos, le hicimos un cartelito, una mini tortita, le llevamos flores, música, entre otros. No pudimos abrazarla y mantuvimos la distancia, nos quedamos con las ganas, pero queríamos que ella recordara este día", finalizó.