El juez de Instrucción N° 2, César Yaya encargado de llevar adelante la causa de la muerte del subalférez de Gendarmería Pablo Torrilla Diel, no descartará ninguna hipótesis en la investigación. El hecho sucedió el 28 de mayo en las costas del río a unos 100 metros de la rotonda del acceso sur en Garupá.
Actualmente, se están llevando a cabo pericias como, la prueba de absorción atómica que determina la existencia del plomo, bario y antimonio, productos residuales de la deflagración del fulminante que aparece en las manos de una persona que se presume realizó disparos con arma de fuego. Esto permitiría saber quiénes manipularon la pistola el día de la muerte del oficial, además del registro del teléfono celular de la víctima para restablecer sus últimos movimientos.
Desde un principio la muerte de Torrilla Diel había sido caratulada como suicidio, sus padres niegan esta teoría y aseguran que a su hijo lo habrían matado "miembros de la fuerza y el narco". Sin embargo, los peritos forenses no encontraron heridas defensivas en el cuerpo del gendarme ni rastros de violencia, tampoco en la vegetación del lugar donde se lo encontró. Asimismo, los peritos esperarían encontrar una carta de despedida en el celular y determinar si fue escrita antes o después del disparo.
En cuanto a la posibilidad de que haya sido un homicidio, los tres agentes de Gendarmería que lo acompañaban en la patrulla habían dado positivo en la prueba de parafina. El examen detecta rastros de pólvora o indicios de manipulación de armas de fuego, la Justicia tomó esto como un posible indicio.
La mujer de Torrilla, que también forma parte de la fuerza nacional, designó a un abogado posadeño para que la representase en el expediente. Por el momento están a la espera de los pericias para determinar el avance de la causa. Según publicó El Territorio.