“Si me iré, me iré jineteando”, la frase que “El Paisa” siempre decía sobre el día de su muerte

El joven de 32 años falleció este lunes mientras disfrutaba de sus primeras vacaciones en Cuesta Blanca, en el Valle de Punilla, Córdoba.

“Si me iré, me iré jineteando”, la frase que “El Paisa” siempre decía sobre el día de su muerte
"El Paisa" murió en Córdoba.

El paraje rural de De Bary, en la provincia de Buenos Aires, está de luto tras la trágica muerte de Emiliano Ustari, conocido cariñosamente como “El Paisa”. El joven de 32 años falleció este lunes mientras disfrutaba de sus vacaciones en Cuesta Blanca, en el Valle de Punilla, Córdoba.

Según testigos, Emiliano se lanzó desde una torre de piedra de ocho metros en el río San Antonio, pero sufrió un golpe fatal en la cabeza al impactar con una piedra sumergida. A pesar de los esfuerzos por reanimarlo, no sobrevivió al accidente. En la zona de la Bajada del Ruiseñor, lo acompañaban una amiga de 40 años y su hija pequeña, quienes vivieron de cerca el trágico desenlace de lo que sería un viaje de descanso.

La frase del Paisa sobre la muerte

“Si me iré, me iré jineteando”, era una frase que solía repetir y que incluso inmortalizó en redes sociales mientras domaba un caballo, su gran pasión.

El tiktoker falleció durante sus vacaciones.
El tiktoker falleció durante sus vacaciones.

Hoy, esa frase resuena con fuerza entre quienes lo recuerdan, mientras De Bary despide a uno de sus hijos más entrañables.

Quién era el Paisa

Emiliano era un hombre de campo, profundamente arraigado a sus raíces rurales. Nacido en América, al oeste bonaerense, creció en una familia ligada a la tierra. Su padre, peón rural, le transmitió no solo el amor por el trabajo en el campo, sino también por la música folklórica. Ustari era conocido por animar peñas y encuentros familiares con su guitarra, al estilo de su progenitor.

Residente de De Bary, un paraje con apenas 170 habitantes cercano a Pellegrini, Emiliano era una figura querida por su entusiasmo y espíritu alegre. Su vida itinerante lo llevó a trabajar en diversas estancias y a conocer lugares como Catriló, en La Pampa, donde también dejó su huella.