Un reciente informe de Preply, una plataforma de aprendizaje de idiomas en línea, ha arrojado luz sobre un aspecto curioso pero bastante arraigado en la cultura argentina: el uso de “malas palabras” o “palabrotas”. Según este estudio, algunas ciudades argentinas destacan por su inclinación a utilizar un lenguaje más “colorido” en su vida cotidiana.
Para realizar el ranking se realizó una encuesta a más de 1500 personas de 20 ciudades de toda Argentina para averiguar cuál es la ciudad más grosera.
Cuáles son las ciudades donde se dicen más malas palabras en Argentina
El análisis reveló un listado o ranking con un promedio de malas palabras o groserías pronunciadas diariamente por sus habitantes, donde se encuentran:
- General Roca, en la provincia de Río Negro (10)
- Paraná (10).
- Santiago del Estero Capital (10.)
- Mar del Plata (10).
- La Plata (9).
- La Rioja Capital (9).
- Gran Buenos Aires (9).
- Ciudad Autónoma de Buenos Aires (8)
- Rosario (8)
- Corrientes Capital (8).
- Formosa Capital (8).
- Guaymallén, Mendoza (8)
- Córdoba Capital (7).
- Resistencia - Chaco (7).
- Posadas - Misiones (7).
Dónde dicen más malas palabras los argentinos
El informe también ofrece una visión interesante sobre las situaciones en las que los argentinos son más propensos a soltar una mala palabra. El lugar de trabajo no es el escenario principal, con solo un 12,70% de los encuestados admitiendo su uso en el ámbito laboral. En cambio, el 43% de los argentinos reportó usar malas palabras en reuniones con amigos, el 42% en casa y el 28% mientras conduce o viaja en automóvil.
Curiosamente, el estudio también reveló que los argentinos tienden a insultarse entre sí, con un 49,5% de los hombres y un 48% de las mujeres admitiendo insultar a otros. Sin embargo, el porcentaje de personas que insultan a sus parejas es relativamente bajo, con un 16% en hombres y un 12% en mujeres, según el informe.
En cuanto a las preferencias sociales, la mayoría de los argentinos tienden a evitar el uso de malas palabras frente a adultos mayores, desconocidos, niños y superiores o jefes. El 72% evita insultar frente a adultos mayores o desconocidos, mientras que el 80% no lo hace frente a niños y el 81% lo evita frente a superiores o jefes.